Ante la reunión intersectorial de Sanidad y Educación que tendrá lugar el próximo 4 de enero para abordar el reinicio del curso, la Asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres y Save the Children se han dirigido por carta a las consejerías de Sanidad y de Educación de todas las CCAA para subrayar la importancia de mantener la presencialidad en las aulas
«Si bien en los últimos días hemos visto un cambio en las posturas de las distintas comunidades autónomas, nos preocupa que se siga considerando el cierre de los centros escolares como una medida de control de la propagación del virus», asegura Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children.
«El impacto de esta medida en la educación o la salud mental de los niños y niñas, así como en las familias en términos de conciliación, hace que esta deba ser el último recurso», añade Laura Baena, presidenta de la Asociación Yo No Renuncio y fundadora del Club de Malasmadres.
Ambas organizaciones consideran que el debate debería girar en torno a cómo garantizar la presencialidad en el reinicio de curso, es decir, cómo mantener los centros escolares abiertos para evitar que se amplíe la brecha educativa o que el impacto en la salud mental de la infancia y la adolescencia sea aún mayor.
En España hay una brecha educativa que perjudica a los niños y niñas de familias en situación de vulnerabilidad socioeconómica, que, según estas organizaciones, no ha hecho si no agravarse por el impacto negativo de la pandemia en su aprendizaje y su bienestar, tanto del cierre de los colegios como de las consecuencias sociales y económicas que la han acompañado.
«La escuela tiene además un papel protector de los derechos de la infancia, no solo la educación sino la alimentación, la salud física y mental, la socialización, la detección de la violencia y como igualador de oportunidades», continúa Perazzo.
Tal y como señalaba el último informe de Save the Children, Crecer saludable(mente), el 4% de los niños y niñas entre 4 y 14 años presentan algún tipo de trastorno mental, mientras que casi el 7% tiene trastornos de conducta. Antes de la pandemia estos porcentajes eran del 1,1 y el 2,5% respectivamente.
Asimismo, la Asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres quiere resaltar que un posible cierre de los colegios sería una catástrofe para todas las familias españolas, ya que el colegio es, lamentablemente, la única fórmula para conciliar en España. Según el estudio Yo No Renuncio, casi una de cada cuatro mujeres españolas (22%) ha renunciado a todo o parte de su trabajo durante el último año para cuidar de sus hijos e hijas. De ese 22% de mujeres madres que ha renunciado a todo o parte de su trabajo, un 21% ha cogido excedencias o días sin sueldo; un 11% ha solicitado la reducción de jornada al 100%, sin sueldo también; y un 74% ha recurrido a sus días de vacaciones para atender a los menores durante las cuarentenas preventivas.
La encuesta revela también que a un 37% de mujeres madres se les ha denegado la opción de teletrabajar a pesar de realizar tareas compatibles con el trabajo a distancia. Yo No Renuncio considera que el teletrabajo no es una medida de conciliación por sí misma si no va acompañada de una flexibilidad horaria, pero al menos ha sido un gran apoyo para muchas familias que no tienen o no han tenido colegio, extraescolares o el apoyo de familiares (abuelos y abuelas) o personal contratado.
Las organizaciones sostienen que el coste educativo y social de un nuevo cierre excede los beneficios en términos de salud pública y solicitan que se exploren soluciones alternativas para atajar esta y potenciales futuras olas. Entre esas medidas, plantean la limitación de aforos, el mantenimiento de la actividad normalizada de espacios públicos de mayor riesgo o la extensión del teletrabajo.
Por último, Save the Children y la Asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres recuerdan la necesidad de mejorar las condiciones de conciliación para las familias con hijos e hijas a cargo. «Ante la situación probable de cuarentenas en las aulas y de niños y niñas que puedan contraer el virus, es necesario proteger a las familias, apostando por las bajas laborales para padres y madres», concluye Baena.