Los trabajadores de la planta de transferencia de residuos en Ceuta han expresado su creciente malestar ante la situación crítica que enfrentan, marcada por un incremento significativo en la carga de trabajo sin que se hayan anunciado refuerzos ni mejoras en comparación con otras empresas del sector, como Servilimpce. En un comunicado emitido por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), los empleados advierten sobre las condiciones discriminatorias que padecen y cuestionan si la Ciudad está ignorando sus necesidades.
Desde 2020, los trabajadores han observado un aumento constante en la plantilla de Trace/Servilimpce, lo que ha llevado a un incremento en la cantidad de residuos sólidos urbanos (RSU) que deben gestionar. “Más personal en las labores de limpieza y recogida de enseres implica una mayor carga para nosotros”, señalan en un comunicado consensuado por todos los miembros del equipo.
La planta de transferencia es responsable de recibir el 90% de los residuos generados por la limpieza viaria, excluyendo la Línea Blanca (electrodomésticos). Además, los trabajadores deben afrontar cargas adicionales durante campañas de poda y desbroce, que son gestionadas por Tragsa, unidades militares y Brigadas Verdes. “Ya está bien de tomarnos el pelo”, denuncian los empleados, quienes subrayan que no han recibido ampliaciones en su plantilla ni ajustes en la jornada laboral, incluso durante los fines de semana.
Los trabajadores han manifestado su frustración ante la falta de respuestas concretas por parte del Gobierno local. “Se nos remite a ‘cuando haya licitación’”, afirman, añadiendo que están cansados de excusas y promesas incumplidas. Se menciona una licitación prometida en junio que, según ellos, no se materializará ni en diciembre ni durante el próximo verano.
La situación ha alcanzado un punto crítico, con los trabajadores anticipando un período complicado durante la próxima temporada navideña, especialmente tras el anuncio de una nueva ampliación de Servilimpce. “No estamos dispuestos a seguir asumiendo un volumen de trabajo creciente sin que se nos reconozcan nuestras necesidades”, enfatizan.
La planta ha enfrentado momentos críticos, como el reciente episodio en el que permanecieron más de 12 días sin barco para el traslado de basura, lo que llevó a la instalación al borde del colapso y generó problemas de salud debido a la insalubridad y los vapores nocivos.
A pesar de las difíciles circunstancias, los empleados han mantenido su compromiso con sus labores, pero han observado con impotencia cómo se priorizan mejoras para otras entidades antes que para ellos. La situación actual ha llevado a los trabajadores a exigir cambios inmediatos y justos que reconozcan su esfuerzo y contribución al servicio público.