Miles de personas se congregaron en las calles de Madrid para participar en una manifestación que exige al Gobierno español y a Estados Unidos cortar relaciones con Israel. La marcha, organizada por Asambleas con la Resistencia Palestina, comenzó frente a la Embajada de Estados Unidos y concluyó en el Ministerio de Defensa.
Con lemas como «Boicot a Israel» y «Eran hospitales, no bases militares», los manifestantes denunciaron lo que consideran un genocidio contra el pueblo palestino. La activista Jaldia Abubakra, del Movimiento de Mujeres Palestinas, acusó a Estados Unidos de complicidad en el conflicto, afirmando que «arma a la entidad sionista» y bloquea resoluciones de la ONU para el alto el fuego.
Abubakra también instó a España a romper lazos con Israel, recordando que su líder, Benjamín Netanyahu, enfrenta cargos en la Corte Internacional de Justicia por crímenes de guerra. La eurodiputada de Podemos, Isa Serra, criticó al Gobierno de Pedro Sánchez por permitir la venta de armas a Israel, contradiciendo declaraciones oficiales.
Serra afirmó que puertos españoles como Valencia, Barcelona y Algeciras han sido utilizados para el tránsito de armas destinadas a Israel, calificándolo de «mentira institucionalizada». Aunque España no es uno de los principales socios comerciales de Israel, participa en la compraventa de armamento con Tel Aviv.
Presencia de refugiados palestinos
La manifestación contó con la participación de familias palestinas residentes en España y ciudadanos de diversas provincias, quienes ondearon banderas y portaron pancartas con mensajes como «Alto al genocidio en Palestina». Este eslogan ha sido repetidamente usado en protestas propalestinas y criticado por Israel.
Desde el inicio del conflicto hace 14 meses, las cifras humanitarias son devastadoras. Según las autoridades sanitarias palestinas, cerca de 45,000 personas han muerto y más de 106,000 han resultado heridas. Además, se estima que los cuerpos de 11,000 personas permanecen desaparecidos bajo los escombros.
La manifestación en Madrid resalta el constante clamor por la justicia y el respeto a los derechos humanos en Palestina, subrayando el papel de la comunidad internacional y de los Gobiernos europeos para frenar lo que los organizadores califican de «crímenes de guerra».