Todos los 6 de diciembre los socialistas celebramos el logro colectivo que alcanzamos los españoles en 1978: construir un espacio de convivencia en el que aunar un gran proyecto colectivo para todos y todas, y al tiempo, reconocer y garantizar las diversidades y diferencias que conforman nuestro país.
Fue la Constitución que refrendamos ese año la que posibilitó la construcción de una España cuyos fundamentos básicos —sanidad, pensiones, educación, igualdad y respeto a los derechos individuales— quedaron consagrados en el texto. Defender y desarrollar ese Estado del Bienestar es, por tanto, un mandato constitucional, ante el que todas las fuerzas políticas debemos responder.
Lo fundamental es que este logro, este hito en nuestra historia reciente, no fue fruto de una imposición.
Nació para sumar a todas y todos los españoles a la vida política, siendo un instrumento de integración. Por eso es tan doloroso ver cómo algunos pretenden utilizarla justamente como todo lo contrario, como un instrumento de exclusión, con actitudes de bloqueo, de negativa al diálogo o que conciben los acuerdos como derrotas; lo que hacen con esa actitud y con su rechazo es, por el contrario, violentar el espíritu de la Constitución.
Cada vez que dialogamos, estamos siendo fieles a la Constitución. Cada vez que negociamos con nuestros contrarios políticos, estamos defendiendo la Constitución. Y cada vez que alcanzamos nuevos acuerdos entre todos, estamos aumentando el legado de la Constitución. Porque la verdadera lealtad constitucional es la que mantiene activos esos tres pilares sobre los que se levantó: diálogo, negociación y acuerdo.
Hoy queremos recordar a los padres de la Constitución, pero también especialmente a sus madres, a esas 21 diputadas y seis senadoras de la legislatura constituyente. Todas ellas pusieron sus esperanzas en la plena participación como ciudadanas y como políticas en un momento trascendental y difícil, y demostraron que la lucha por la libertad y por la igualdad iba de la mano del compromiso y el amor por una España democrática. Ellas también abrieron camino por todos y todas las demás en un momento irrepetible.
Este año en el que se cumplen 43 años desde la promulgación de la Constitución Española nos ha hecho reafirmarnos a los socialistas en nuestros valores, nuestros principios y también en nuestros métodos.
La emergencia sanitaria, económica y social de la pandemia, así como otras crisis de carácter natural, como la erupción del volcán de La Palma, nos han servido para probar lo que realmente nos hace fuertes: nuestro Estado del Bienestar. Porque nos ha protegido, nos ha posibilitado la reactivación de nuestro tejido productivo, nos ha permitido salvar empleos y vidas, vacunar casi al 90% de la población e iniciar una recuperación económica justa. No hay que olvidar que no es patrimonio de nadie: es una conquista colectiva que debemos proteger y mejorar. Ese Estado del Bienestar, sólido y más necesario que nunca, se cimienta en la Constitución de 1978, cuyo aniversario hoy celebramos.