En este 1o de mayo, Día Internacional del Trabajo, desde el PSOE volvemos a recordar a todas aquellas personas que a lo largo del tiempo han luchado para conseguir unas condiciones de trabajo justas. Del mismo modo, nos solidarizamos con la situación de represión que se sufre en algunos países por el mero hecho de reclamar derechos laborales y llevar a cabo actividades sindicales. Tampoco podemos olvidar la terrible situación en la que continúa el pueblo de Ucrania, cuando se ya se ha superado un año desde que se inició la invasión rusa de este país; por ello hacemos un llamamiento por la paz y el fin de la ocupación ilegal de este territorio, con la esperanza de que este conflicto llegue pronto a su fin.
Aunque las consecuencias más dramáticas de este conflicto las sufre el pueblo de Ucrania, el resto del mundo también se sigue viendo afectado por las derivadas geopolíticas que está generando este enfrentamiento, principalmente en cuanto al aumento del nivel de precios de materias primas y energía. En el último año la inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los gobiernos de todo el mundo, por las consecuencias que tiene en la economía doméstica y, en definitiva, en el nivel de bienestar de la ciudadanía.
El Gobierno de España, siendo consciente de la importancia de aprobar medidas de forma rápida y contundente, ha puesto en marcha hasta tres paquetes de ayudas en estos 15 meses de conflicto, con el doble objetivo de apoyar a familias y pymes, y al mismo tiempo intentar controlar los niveles de precios. El resultado de este esfuerzo ha logrado que el IPC interanual se sitúe ahora mismo en el entorno del 3%, cuando hace un año superó el 9%. Aun así la inflación subyacente se mantiene en niveles elevados, por eso ahora cobran más valor que nunca medidas como el incremento en un 15% del Ingreso Mínimo Vital y de las pensiones no contributivas, la subida del 8,5% de las pensiones contributivas, la ayuda de 200 euros para personas con bajos ingresos, o la gratuidad del transporte público estatal.
Pese a este contexto económico incierto, en este 1o de mayo podemos salir a la calle con la convicción de que nuestro mercado laboral ha entrado en una nueva fase que no tiene marcha atrás. La reforma laboral lleva más de un año en vigor y ha conseguido lo que parecía imposible, reducir a mínimos históricos la temporalidad sin que ello se haya traducido en destrucción de empleo. Según los últimos datos de la EPA, hoy contamos con casi 20,5 millones de ocupados, y una tasa de temporalidad del 17,28%, mínimo histórico, y esos registros se producen mientras de forma simultánea el SMI se ha incrementado hasta los 1.080 euros mensuales. Todo ello en un contexto de crecimiento más que notable, ya que 2022 cerró con una tasa de crecimiento del 5,5%, muy por encima de la media de la zona euro y de economías como la alemana, la francesa o la italiana.
La hoja de ruta de este gobierno ha sido la misma desde el principio, pese a la diversidad de las crisis sobrevenidas: garantizar la protección social de las clases medias y trabajadoras, apoyar a nuestro tejido productivo y repartir las cargas de la crisis de la manera más justa posible. Y en buena medida esto se ha conseguido. Por eso celebramos con especial satisfacción que la Encuesta de Condiciones de Vida haya constatado que la pobreza se redujo en España en 2022 hasta los niveles previos a la pandemia, pese a la situación de inflación. La legislatura entra en su última fase, pero desde el PSOE seguiremos trabajando hasta el último día para seguir cumpliendo con esos tres objetivos, como lo estamos haciendo con las últimas propuestas sobre vivienda social.
En esta misma línea también queremos reivindicar el acuerdo alcanzado con los sindicatos para culminar la reforma del sistema público de pensiones. Con ella se da cumplimiento a las recomendaciones del Pacto de Toledo, logrando dos objetivos fundamentales del sistema: la suficiencia, al garantizar más ingresos al sistema de Seguridad Social, blindando así el poder adquisitivo de los y las pensionistas, y la equidad, al permitir un sistema dual de elección del periodo de cómputo, aliviando así la penalización que tenían algunas carreras profesionales que habían sufrido altibajos a lo largo de la vida laboral.
También se han conseguido importantes avances en el ámbito de las políticas activas de empleo en estos últimos meses. La Ley de Empleo, que entró en vigor el pasado mes de marzo, supone un avance en las políticas públicas enfocadas a mejorar la empleabilidad de las personas, al garantizar todo un decálogo de servicios que tienen como elemento común el acompañamiento personalizado a la hora de recualificar, orientar y ayudar a encontrar un empleo.
Una vez más queremos poner en valor el absoluto respeto que los socialistas tenemos hacia el diálogo social. La experiencia demuestra una y otra vez que las normas que son acordadas con los agentes sociales gozan de mayor estabilidad y, en definitiva, son normas mejores. Uno de los últimos ejemplos lo tenemos en la Estrategia de Seguridad y Salud Laboral 2023-2027, aprobada en Consejo de Ministros recientemente, y que incorpora elementos pioneros, como dedicar a la salud mental una atención especial, o crear la Agenda Nacional para la Prevención del Cáncer de Origen Profesional, además de incluir la perspectiva de género entre las actividades preventivas.
Con éste son ya 17 los acuerdos logrados con diálogo social por el actual Gobierno. Y tenemos esperanza en que antes del fin de la legislatura sea posible que los agentes sociales alcancen un nuevo acuerdo en el ámbito de la negociación colectiva.
En los últimos años casi nos hemos acostumbrado a vivir en un contexto de incertidumbre, y a los retos de futuro que debía afrontar el mercado laboral, como la digitalización o la transición ecológica de la economía, hemos tenido que añadir otros desafíos que no se podían aplazar, primero con la pandemia y después con la guerra de Ucrania. Pero en este tiempo también hemos conquistado derechos y conseguido avances que ni pueden ni deben volver atrás: la precariedad y la austeridad se han convertido en recetas del pasado, y los socialistas estamos firmemente convencidos de que ahí se deben quedar.