El Día Mundial de la Infancia, instaurado por Naciones Unidas y que se celebra todos los años el 20 de noviembre, es un día dedicado a todos los niños y niñas del mundo. Un día para resaltar los avances conseguidos en los derechos de niños y niñas, pero también para resaltar el camino por recorrer que todavía nos falta para el bienestar y desarrollo pleno de nuestra infancia.
Desde la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, un 20 de noviembre de 1989, la infancia es considerada, no como objeto de protección, sino como sujeto de pleno derecho. Como cita UNICEF en su manifiesto, los niños, niñas y adolescentes hoy se enfrentan a múltiples desafíos, como la pobreza y las desigualdades, la crisis climática, la violencia, las consecuencias de la COVID-19…desafíos que comprometen su nivel de bienestar hoy, pero también sus oportunidades de desarrollo y supervivencia mañana.
En este día clave, los y las socialistas nos sumamos a este llamamiento de Naciones Unidas para trabajar en favor de los derechos de las niñas y los niños, tal y como hemos venido haciendo. Es necesario el impulso que todavía necesitan las políticas dirigidas a la infancia y la adolescencia, por ello y según la Agenda 2030, con la que estamos plenamente comprometidos, actuaremos desde una visión local y global, trabajando por los derechos de niños y niñas, que en demasiadas ocasiones pasan desapercibidos a la opinión pública, no podemos olvidar que sufren situaciones sin precedentes (guerras, sequías, violencia..,) que se han acrecentado desde el inicio de la pandemia.
En nuestro país y pese al trabajo realizado, las tasas de pobreza infantil resultan realmente llamativas y están unidas a fenómenos muy preocupantes como la exclusión social, el fracaso escolar o problemas de salud como la obesidad infantil. Nuestra apuesta y nuestra respuesta es múltiple, bien mejorando la legislación, bien aumentando y asignado presupuestos. Prueba de ello han sido dos de las grandes acciones del Gobierno en los últimos años: la aprobación del Ingreso Mínimo Vital o la aprobación de la Ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia. También los Presupuestos Generales de 2021 incorporan importantes partidas que se ocuparán de tratar las graves desigualdades que impiden el desarrollo pleno de niños, niñas y adolescentes, tanto en materia educativa como de salud.
La Ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia, que supone un gran avance en nuestro país recientemente aprobada, compromete a los servicios sociales con nuevos cometidos, por ello se tendrá en cuenta en la participación financiera del Estado para el desarrollo de las prestaciones básicas de los servicios sociales a través del Plan Concertado.
También gracias a esta Ley el próximo curso se incorpora a los Centros Educativos la figura del “Coordinador coordinadora de Bienestar y Protección” que será referencia en la prevención y protección ante casos de violencia en el entorno escolar, el conocido como bullying, en sus diversas formas como acoso o maltrato.
Nuestra apuesta también pasa por seguir trabajando en la eliminación de la pobreza infantil, prueba de ello es el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil que nació por iniciativa del presidente del Gobierno para impulsar políticas y alianzas sociales que conviertan la erradicación de la pobreza infantil en un objetivo de Estado.
La educación pública es clave para la igualdad de oportunidades de niños y niñas, está demostrado que una escolarización temprana mejora el aprendizaje y disminuye el fracaso escolar. La relación entre oportunidades y más años de educación es clara, por lo que nuestro esfuerzo ha sido claro y el Gobierno invertirá 670,1 millones de euros hasta 2023 para la creación de más de 65.000 plazas públicas de educación infantil de 0-3 años. Para los y las socialistas esta es una de nuestras grandes prioridades, la infancia, por ello queremos reafirmar nuestro compromiso con las políticas que promuevan la justicia social y la equidad desde que nacemos, solo así podremos crecer como país. Y la mejor inversión del país es la que se hace en su infancia, los ciudadanos y las ciudadanas responsables del futuro.