Hace un mes se celebró, con motivo del Día Mundial de la Reanimación Cardiopulmonar (RCP), la «Maratón de RCP» en la que participaron 14 centros educativos y alrededor de 1.500 alumnos y alumnas. Como agradecimiento, la Ciudad ha donado a estos centros 14 maniquíes de soporte vital básico para que se siga practicando la RCP y la formación recibida no se olvide.
La Maratón de la RCP, que se celebró en la Plaza Nelson Mandela, consistió en una especie de gincana en la que los alumnos/as iban pasando por una serie de postas y stands donde recibían nociones básicas de primeros auxilios. Además de aprender a hacer correctamente una RCP, también aprendieron los pasos que hay que seguir para colocar a alguien en posición lateral de seguridad o cómo se realiza la maniobra de Heimlich para evitar atragantamientos.
La actividad tuvo buena aceptación y los escolares disfrutaron de una mañana fuera del centro en la que pudieron recibir y poner en práctica una serie de conocimientos sobre primeros auxilios que quizá no sirven para aprobar un examen, pero que pueden salvar una vida. Por todo ello, Víctor Ríos, director general de Protección Civil y Emergencias, asegura que para el año que viene se volverá a celebrar y que esta vez la Ciudad hará todo lo posible por llevarla a «varios puntos de la ciudad para que puedan participar todos los colegios«.
Lo que no se pone en práctica se olvida con facilidad
Una de las máximas de los primeros auxilios es el reciclaje. No basta con aprender una vez en qué consisten los primeros auxilios y sus nociones básicas. Hay que reciclar continuamente la formación para no olvidarla y mantenerla actualizada. Esta es, precisamente, la razón de ser de esta donación de maniquíes de soporte vital básico a los centros educativos que participaron en la Maratón de la RCP, que la formación se siga practicando e incluso se imparta entre los alumnos del centro que no participaron en la actividad.
No en vano, Víctor Ríos, el día de la Maratón RCP, ya advirtió que, en su opinión, la formación que iba a impartir debería formar parte de «una asignatura obligatoria en todas las edades. Desde los pequeños de tres años hasta bachiller. Sería interesante que el Ministerio estudiase la posibilidad de dar esta formación continua. Porque esta formación, si no se utiliza, se va a olvidar a los seis meses”.
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