Este nuevo concepto engloba toda comunidad, mayormente digital, destinada a ofrecer espacios seguros y de refuerzo a machistas
Procedente del anglicismo “man” –hombre- y “sphere” –esfera-, se conoce como manosfera a una cada vez más grande comunidad, generalmente de comunicación digital, conformada por subgrupos con una misma ideología como punto en común.
Un informe realizado por la Fundación FAD Juventud, aplicando este concepto a la sociedad española, determina que esta línea de pensamiento pasa por tres puntos. Por un lado, el fortalecimiento y respaldo de ciertas masculinidades basadas en la fuerza, la virilidad y las necesidades más primarias. Por otro lado, la creencia en privilegios existentes en la sociedad actual que favorecen a las mujeres y generan perjuicios a los hombres, idea que da lugar a victimización de estos últimos y que se aleja de la realidad. Por último pero para nada menos importante, la banalización, normalización e incluso apoyo a las diferentes formas de violencia de género. Lo peor, estos espacios misóginos y antifeministas tienen mayor calado en las nuevas generaciones.
El pasado 25 de noviembre, este mismo medio publicaba el estado actual y los datos sobre la violencia ejercida contra las mujeres, por el hecho de serlo, en el Estado español. 1.172 mujeres han sido asesinadas, por el hecho de ser mujeres, desde que se contabilizan. 39 en lo que llevamos de año. Movimientos sociales como el #MeToo, #NiUnaMenos o movilizaciones continuas por todo el territorio español con motivo del 8 de marzo han nacido y crecido como respuesta a esta estructural Violencia de Género que comprende, desde la violencia política hasta casos concretos como la violación en grupo de La Manada. Frente a esta realidad y este Movimiento Feminista determinado a conseguir la reducción de estas violencias, ha surgido la manosfera.
Con motivo de este mismo día, Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Universidad Internacional de Valencia (VIU) realiza unas jornadas para abordar este nuevo fenómeno. En este maco, Pau Crespo Donet, director del Máster Universitario en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género de la VIU, lo define como “un conjunto de diferentes espacios virtuales, principalmente foros, redes sociales como Youtube y Twitter o páginas web propias, en los que se producen, reproducen y propagan discursos misóginos y antifeministas”. “Para los hombres próximos a estas ideas machistas, la manosfera resulta un espacio seguro para la elaboración de discursos o la búsqueda de información en este sentido”, añade.
El Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, anteriormente Fundación para la Ayuda contra la Drogadicción, acercando este concepto de manosfera a la sociedad española, expone esta comunidad como “determinante” en la lucha contra la violencia de género. Debido a que estos espacios, por su carácter digital, afecta a las generaciones más jóvenes, el último Barómetro Juventud y Género muestra que, desde 2017, el número de chicos jóvenes que concibe estas violencias como “un invento ideológico” se han duplicado. Esto, según el investigador de VIU, tiene como consecuencia “mayor tolerancia a la violencia y una reducción de la percepción del riego que provoca un aumento de este tipo de situaciones”.
La materialización de estos espacios es muy diversa. Foros públicos y privados, Facebook, Whatsapp, Telegram sobre todo, son algunos de los lugares colaborativos de la manosfera digital. Sin embargo, esto también se desarrolla en base a figuras públicas y perfiles que destinan su contenido a temas de la manosfera. Estos últimos ejemplos, además, monetizan y sacan rédito de sus discursos machistas. De los primeros, un ejemplo conocido es Forocoches, donde se reproducen desde el anonimato numerosos discursos machistas. De los segundos, el perfil en YouTube de Un Hombre Blanco y de Roma Gallardo son ejemplos evidentes de la manosfera, no solo por contenido como “Debato con ofendida por los piropos” o “Me hago mujer”, sino porque en torno a estas figuras se crea una comunidad con la línea ideológica de la manosfera: refuerzo de una masculinidad tóxica, negación del feminismo y reproducción de discursos de odio.
El mayor ejemplo
La aparición y crecimiento de la manosfera no es un hecho fortuito. En los últimos años se ha dado un aumento evidente de la crispación y de los discursos broncos en el Congreso de los Diputados, el que se supone el mayor exponente de representación popular, sobre todo por parte de algunos sectores. Así, hemos visto discursos de odio, señalamiento, racismo e, incluso, violencia machista como herramienta política. De esta manera, si los que deben servir de ejemplo a la ciudadanía llevan a cabo estas prácticas, ¿cómo se pretende educar en valores y principios a las generaciones más jóvenes?
En la misma línea, el pasado 22 de noviembre un cabo y un sargento del regimiento I/63 del cuartel del Bruc de Barcelona organizaron un sorteo para pasar un rato con una prostituta con motivo del día de la Inmaculada Concepción, patrona de infantería. Según afirma el medio ARA, mediante su acceso al chat de la compañía, «los mensajes son más subidos de tono y descalifican y vejan a la chica con comentarios machistas y denigrantes». «Tiene rabo seguro» o «eso no vale 50€» son algunas de las reproducciones que, a través de la manosfera, sirven para reafirmar círculos misóginos y masculinidades tóxicas.
Educación como solución
Helena Aparicio, profesora del Máster Universitario en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género de VIU, señala que la educación es uno de los pilares fundamentales de la prevención “ya que cuando se pone en marcha el aparato judicial, el hecho ya ha sucedido, el daño ya se ha causado, y la acción protectora y preventiva de los poderes públicos ha fracasado”. “Es necesario reflexionar y establecer las medidas necesarias para sensibilizar, orientar, formar y educar a toda la sociedad para prevenir la violencia de género mediante la puesta en práctica de la coeducación”, prosigue. Aparicio señala “la coeducación” y la define como solución en respuesta al modelo sexista actual. ”. De esta manera, según la experta, una escuela coeducadora “implica un proceso mediante el que se cuestiona qué enséñanos, cómo enseñamos y por qué enseñamos. Así, la escuela que coeduca, prepara para la vida, educa para la crítica, la convivencia, el compromiso y la justicia”