El reciente triunfo de Marc Márquez en el Gran Premio de Tailandia de MotoGP ha encendido el debate sobre si el ilerdense ha vuelto a ser el piloto arrollador que conquistó seis títulos en la máxima categoría. Sin embargo, la realidad es que el Marc Márquez de 2025 no es exactamente el mismo de sus épocas doradas con Honda. Su pilotaje ha evolucionado considerablemente, apostando por una técnica más refinada y menos agresiva.
Desde su llegada a Ducati en 2024 con el equipo Gresini, Márquez ha trabajado intensamente para adaptarse a las particularidades de la Desmosedici. El cambio de Honda a Ducati implicó modificar su posición en la moto, pasando de una postura adelantada y baja a una más retrasada y elevada. Además, ha tenido que aprovechar más el freno trasero debido al mayor agarre en la parte posterior de la moto.
Uno de los ajustes más notorios ha sido su esfuerzo por reducir la agresividad en su estilo de pilotaje. En sus primeras carreras con Ducati, Márquez conservaba su instinto explosivo, lo que le llevaba a cometer errores. Sin embargo, con el tiempo, ha ido refinando su técnica, lo que ha sido clave en su ascenso al equipo oficial de Ducati en 2025.
Una conducción más limpia y precisa
El propio octocampeón ha reconocido que en los últimos meses ha trabajado arduamente en su pilotaje. «Una de las cosas en las que más he trabajado este invierno es en ser aún más limpio en mi pilotaje. Ya no tengo 20 años, tengo 32, tengo que gestionar las caídas, mi cuerpo. Por eso tengo que ser limpio y gestionar mi energía», explicó en una entrevista con Sky Sports.
Marc también admite que su estilo anterior, más agresivo, era más atractivo para los aficionados, pero que ahora ha comprendido que la clave del éxito está en la consistencia. «Sé que antes mi pilotaje era más bonito, pero el año pasado entendí que para mí es mejor así. Luego, para la sesión de clasificación, puedo ir más agresivo, pero lo conseguiré paso a paso», explicó.
El aprendizaje de los mejores
Uno de los puntos clave en esta evolución ha sido su análisis minucioso de otros pilotos de Ducati. Márquez ha estudiado con detenimiento la telemetría de sus compañeros de marca y ha detectado que las curvas a derechas eran una de sus principales áreas de mejora. Desde la presentación de Ducati en Madonna di Campiglio, Marc reconoció que le gustaría emular la manera en que Pecco Bagnaia traza las curvas en ese sentido, mientras que el italiano destacó la habilidad del español en las curvas a izquierdas.
«He trabajado mucho en las curvas a derechas para mejorarme. Lo he hecho observando a Pecco, porque es muy fuerte. Pero también a mi hermano Álex. He mejorado y pierdo menos que antes. Mi objetivo no era ser mucho más rápido que antes, sino más constante», señaló Márquez.
El papel del análisis en vídeo
Otro factor determinante en esta transformación ha sido el estudio detallado de grabaciones de sus rivales. Márquez ha pasado horas observando cómo se posicionan en la moto Bagnaia y su hermano Álex, fijándose en detalles como la colocación del cuerpo, el uso de las piernas y la gestión del freno. «He visto muchos vídeos, me he concentrado en lo que hacen con el cuerpo, con las piernas, con el freno y todavía tengo que trabajar en ello para ser aún más constante», afirmó.
Con su evolución en curso, el reto para Márquez ahora es mantener su nuevo estilo de pilotaje durante toda la temporada. «Mi instinto, a veces, todavía me dice que siga con mi estilo de pilotaje habitual. A ver si puedo mantener el nuevo estilo de pilotaje este año», concluyó.
Marc Márquez ha demostrado que, más allá del talento innato, el aprendizaje y la adaptación son claves para mantenerse en la élite del motociclismo. Su capacidad para evolucionar y perfeccionar su pilotaje será determinante en su lucha por recuperar el trono de MotoGP.
