El acto ha consistido en una parada militar que ha tenido lugar en la Plaza de África, seguida de una recepción oficial en el Salón del Trono de la Comandancia General de Ceuta
Con motivo de la celebración de la Pascua Militar, instaurada por el Rey Carlos III en 1782, Su Majestad el Rey Felipe VI ha designado para representarle en la Ciudad Autónoma de Ceuta al Comandante General de Ceuta, Marcos Llago Navarro.
El acto ha consistido en una parada militar que ha tenido lugar en la Plaza de África, seguida de una recepción oficial en el Salón del Trono de la Comandancia General de Ceuta, al que han asistido el Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas Lara, el Delegado del Gobierno del Reino de España de la Ciudad autónoma de Ceuta, Rafael García Rodríguez, y otras autoridades civiles y militares de la plaza.
La parada militar se ha iniciado esta mañana a las doce menos cuarto y ha contado con la participación de una unidad de honores al mando de un capitán del Tercio Duque de Alba, 2º de la Legión, compuesta por una compañía de su IV Bandera, su Banda de Guerra y la Unidad de Música de la Comandancia General de Ceuta.
Una vez rendidos los honores correspondientes a la autoridad militar y finalizado el desfile de la fuerza, se ha llevado a cabo la recepción oficial, en la que además de la lectura de una reseña histórica sobre la Pascua Militar y una imposición de condecoraciones, el Comandante General de Ceuta ha dirigido unas palabras en las que se han reflejado los logros del 2022 y los retos principales para el año que acaba de comenzar.
La Pascua Militar además de su carácter tradicional, constituye un solemne acto castrense con el que se inicia el año militar. El origen de esta conmemoración se remonta al siglo XVIII.
Carlos III, proclamado rey de España en 1759, consideró que para defender su imperio, asediado por Inglaterra, necesitaba disponer de un nuevo ejército y una marina con capacidad para responder a las necesidades bélicas de la época. Para lograr este objetivo, aprobó en 1768 una nuevas Ordenanzas Militares que proporcionaron un renovado espíritu y una organización más eficiente a las tropas. Este nuevo impulso militar le permitió acometer la empresa de colonización y conquista en varios escenarios. Primero, en el americano, inicialmente en California, donde fray Junípero Serra fundó la primera misión en la ciudad de San Diego en 1769.
Posteriormente se extendieron las misiones hacia el norte, por las noticias de la llegada de rusos a esta zona de California. El 9 de mayo de 1781 se reconquistaba la capital de Florida, Pensacola, derrotándose a los británicos tras más de un mes de asedio por las fuerzas españolas al mando del general Bernardo de Gálvez. En África, ante los ataques del emperador de Marruecos, Mohammed ben Abdalá a las plazas de Ceuta y Melilla, Carlos III le declara la guerra en 1774, y le obliga a levantar el cerco de Melilla, que había mantenido durante dos meses. La iniciativa española de atacar el puerto de Argel no tiene éxito. España y Marruecos firman la paz en 1780. En el escenario mediterráneo, Carlos III recupera Menorca a los ingleses en 1782, después del desembarco y cerco de Mahón por la escuadra francoespañola, compuesta por 52 navíos que llevan a bordo 8.000 soldados. Este victorioso hecho de armas indujo al Rey a proclamar la Pascua Militar, que tradicionalmente se celebra el 6 de enero de cada año.
Desde que S.M. el Rey se hiciera cargo de la Jefatura del Estado el acto institucional de la Pascua Militar tiene lugar en el Palacio Real de Oriente de Madrid el 6 de enero.