Tras las celebraciones del Día del Patrón del Cuerpo Nacional de Policía la polémica por los actos organizados en forma de parada militar en las distintas jefaturas de España, denunciadas por el sindicato profesional Agrupación Reformista de la Policía (ARP), no ha sentado bien en algunos altos mandos del cuerpo.
El sindicato en un comunicado de prensa afirma que previo al día de la celebración y según denuncian policías comprometidos en la lucha sindical, se recibieron en algunas comisarías correos corporativos usando términos militares para determinar los ensayos de los actos en honor del patrón, que se celebró el pasado 2 de octubre. El Día de los Ángeles Custodios, según rezaban los correos, se deberían formar Piquetes de Honores, Escuadras de Salvas Guiones y Banderines.
La Jefatura Superior de Ceuta organizó el acto anual dedicado a su Patrón en el Patio de Armas de las Murallas Reales de Ceuta. En el mismo, los asistentes pudieron presenciar allí mismo como una formación de policías estaba dispuesta para rendir honores a las autoridades civiles y militares que asistían a dicho acto. Más acorde a un acto de carácter castrense que a una celebración de reconocimiento a los policías.
Para la organización sindical “este procedimiento es digno de épocas pasadas cuando la jerarquía policial era militar. También hemos podido comprobar con estupor como en la jefatura de Tenerife se ha obligado a un número indeterminado de agentes a asistir a misa ordenado por el comisario provincial”.Esta actuación ha creado indignación de gran parte de los policías que componen la comisaría tinerfeña y de sus representantes sindicales. Los agentes acusan a su superior de haber vulnerado su derecho a la libertad religiosa porque «en el cuerpo hay agentes de todas las creencias, e incluso ateos», según explica el portavoz del SUP en la provincia tinerfeña.
Según el portavoz de ARP aseguran que los policías recibieron un correo electrónico por orden del comisario jefe para determinar el número de agentes que deberían acudir tanto a la misa por el día del Patrón como para el acto del teatro, donde se iban a repartir las condecoraciones, porque se habían inscrito muy pocos voluntarios.
Para el sindicato se ha puesto de manifiesto que el actual diseño institucional impulsado por Marlaska ha desencadenado que un significativo número de mandos de las jefaturas provinciales de la Policía Nacional sean dirigidos por jefes con formación en la academia militar de Zaragoza. Estos ex oficiales del Ejército han hecho la transición hacia la carrera policial, generando controversia en diversos sectores de la policía, creando malestar en los agentes que han sido formados como policías en la escala básica y en la superior como mandos intermedios.
Esta configuración, que algunos ven como una estratégica renovación, ha sido objeto de críticas por parte de aquellos que temen una potencial «militarización encubierta» de la fuerza policial. La presencia notable de exoficiales militares en puestos claves de la policía genera preguntas sobre el tipo de entrenamiento, protocolos y procedimientos que podrían estar siendo implementados.
Históricamente, la Policía Nacional y el Ejército han tenido roles y formaciones distintas, cada uno con su propósito y metodología. Mientras que las Fuerzas Armadas están entrenadas para la defensa del territorio y la soberanía nacional, la Policía Nacional tiene un enfoque más centrado en la seguridad ciudadana y el mantenimiento del orden público y garantizar los valores constitucionales como cuerpo de seguridad pública.
Los defensores de esta nueva estructura argumentan que la formación militar puede aportar disciplina, orden y una estructura jerárquica más definida a la Policía Nacional. Sin embargo, los críticos argumentan que esta decisión podría alejar a la policía de su enfoque civil y comunitario, y temen posibles enfoques más autoritarios en el manejo de situaciones cotidianas.
A medida que la sociedad y la política continúan evolucionando, la configuración de las fuerzas de seguridad también lo hace. Sin embargo, se debe garantizar que cualquier cambio priorice el bienestar y la seguridad de los ciudadanos, así como el respeto por los derechos y libertades fundamentales.
Hasta el momento, interpelado por ARP, el Ministerio del Interior que dirige Marlaska no ha ofrecido explicaciones detalladas sobre las razones detrás de esta reconfiguración en la cúpula policial. Para ARP “será crucial seguir de cerca el desarrollo y las implicaciones de esta decisión en los próximos meses”.
El representante de ARP confiesa que “desconocemos si es un patrón o guía impuesta desde la Dirección General de la Policía, o del Ministerio del Interior, a los mandos de las comisarías, lo que, sí es cierto, es que se impone y se alejan de un sentir de respeto a la condición de institución civil”.
Para la organización sindical estos términos y órdenes que se ocultan a la sociedad civil significan y dejan muy claro que el preocupante mundo sindical en el Cuerpo de Policía Nacional requiere una profunda reflexión civil y una obligación de actuar de las formaciones políticas que ostentan representación en las distintas cámaras legislativas, Congreso y Senado.
El Consejo de Policía, órgano donde se invocan normas, proyectos normativos y de personal, tiene un déficit estatutario que está permitiendo estos términos militares en un cuerpo civil que nadie denuncia y, por consiguiente, estamos ante una realidad preocupante, la militarización encubierta de una institución denominada civil que en los últimos años confirma actos que atentan a muchos años de lucha y sacrificio por compañeros-as que no dudaron en exponer su sustento familiar, para conseguir un mínimo de derechos civiles en la transición política de este país. “Ya tenemos bastante con la Guardia Civil, para emular a un cuerpo de naturaleza militar, como es el referido que, lleva años solicitando su desmilitarización desde la mayoría de sus categorías básicas” asegura la fuente de ARP.