Los puertos españoles no recibirán pasajeros procedentes de Marruecos tras la decisión del Ministerio de Transportes de usar puertos franceses e italianos después de anunciar la reapertura al tráfico marítimo de pasaje a partir del 7 de febrero
Marruecos continúa echando más leña al fuego para seguir quemando las tensas relaciones diplomáticas y de vecindad con su vecino país del norte. Las declaraciones de varios miembros del gobierno alauita en los medios de comunicación de mantener los frentes abiertos para presionar a España de que abandone la postura sobre no reconocer el Sahara y se postule a favor de Marruecos, algo clave para superar la crisis que mantiene con el gobierno español desde Abril del pasado año con motivo de la decisión de la anterior ministra de exteriores de acoger en un hospital español al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, que fue tomada como una ofensa desde Rabat al ser utilizada como excusa para tensar las relaciones entre los dos países por el conflicto del Sáhara.
Las buenas intenciones de los discursos de los dos monarcas, poniendo de manifiesto las buenas relaciones entre los dos países, chocan de frente con las decisiones que toma el gobierno marroquí a espaldas de su principal socio económico en la región.
Una de esas decisiones es el cambio de la nomenclatura en las comisarías de las fronteras de Ceuta y Melilla, suprimiendo el término de “frontera” por el de “BAB “(puerta en árabe a… Ceuta o Melilla)” y eliminando el nombre de “policía de fronteras” del tampón de entrada y salida en los pasaportes. Algo que no deja de ser simbólico porque a Marruecos la Comisión Europea le dejó claro, tras la avalancha de personas que cruzaron a Ceuta en mayo del año pasado, que el puesto fronterizo es la frontera sur de Europa.
También los medios marroquíes achacan a la “crisis de las señales” que solo están en la imaginación de “algunos periodistas de España”, afirmando que en las señalizaciones de tráfico de la carretera que llega hasta el paso fronterizo marroquí nunca se ha utilizado la palabra “frontera”. La prensa marroquí llega a considerar que hay una especie de “parálisis cerebral” en “la diplomacia española por el asunto del Sáhara ante cualquier conciliación y cualquier interés que ya no es un secreto salvo para los españoles, que, a través de sus medios, pretenden tapar el sol con un colador, cuando, por ejemplo, subestimaron la importancia de la nueva posición alemana sobre la propuesta de autonomía, o incluso cuando esperaban que el presidente estadounidense echara atrás a Joe Biden en el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la región hace un año, sin que nada de eso sucediera sobre el terreno. Es un caso avanzado de «negación» que no sirve para nada, lo único que hace es complicar más el asunto”, así señala un duro editorial de assahifa.com, un diario digital de Casablanca.
Ahora el gobierno marroquí anunció la apertura de sus fronteras para recibir vuelos internacionales a partir del próximo día 7 de febrero con un complejo protocolo de adaptación para evitar más contagios de coronavirus en el país y permitirá también la reapertura del tráfico marítimo de pasajeros hacia Europa, eso sí, sin pasar por suelo español.
La decisión ha sido comunicada por carta del Ministerio de Transportes dirigida a los gestores y profesionales portuarios marroquíes, que las costas marítimas abrirán sus fronteras a partir del 7 de febrero, y reanudarán todas sus actividades tanto de transporte de pasajeros como de mercancías.
Las mismas fuentes señalaron que la adopción de los puertos españoles para la circulación de pasajeros es todavía improbable, dada la continuación de la crisis diplomática entre ambos países, y a partir de ella se proseguirá el proceso de tránsito, como lo había estado haciendo desde ahora por Francia e Italia, ya que las líneas de pasajeros que conectan los puertos marroquíes con los españoles llevan cerradas desde el comienzo de la pandemia.
El gobierno marroquí decidió que en el verano de 2020 y el de 2021 la Operación de Paso del Estrecho se llevase a cabo a través del puerto francés de Sete y del puerto italiano de Génova, impidiendo a los ciudadanos marroquíes residentes en España poder viajar desde Algeciras, Tarifa Motril o Almería para pasar sus vacaciones en su país de origen. Tampoco podrían cruzar vía Ceuta al estar la frontera cerrada desde el 12 de marzo de 2020, al inicio de la crisis sanitaria por el COVID-19.
Perfecto, marroquíes en Marruecos y españoles en España, y Dios en caaa de todos. Mohamed 6 se está ganando a pulso el polvorín en que se está convirtiendo su país.
Ahora España le cierra el gas y a tomar por saco.