Esta reivindicación estaba incluida en el acuerdo firmado en Rabat durante la reunión de alto nivel (RAN) celebrada por los dos países en febrero de este año, y sería una fuente de ingresos importante para el desarrollo y la sostenibilidad futura de las dos ciudades autónomas
Marruecos no va a dar ningún paso para la comodidad de los habitantes de Ceuta y Melilla. Al contrario, con las previsiones de mejora en las relaciones para que el respeto mutuo impere tras las reuniones de los jefes de gobierno en Rabat y el comunicado conjunto aceptando que la base de ese entendimiento es el respeto a la soberanía territorial de ambos países, Marruecos acuerda no aflojar la cuerda y cada vez que en los asuntos que importan a Ceuta y Melilla, asoma el fantasma de la reivindicación de anexión de las dos ciudades autónomas.
Así lo deja entrever el Reino alauita en las negociaciones para que, de una vez por todas, España y Marruecos puedan llegar a un acuerdo para la implantación de la ansiada aduana comercial. Por parte española y los sectores políticos, económicos y sociales de las dos ciudades, se realiza un gran esfuerzo negociador, lo cual contrasta con la desidia con la que el gobierno marroquí trata una de las reivindicaciones más importantes. Esta reivindicación estaba incluida en el acuerdo firmado en Rabat durante la reunión de alto nivel (RAN) celebrada por los dos países en febrero de este año, y sería una fuente de ingresos importante para el desarrollo y la sostenibilidad futura de las dos ciudades autónomas.
La pasada madrugada, después de una jornada intentando que las autoridades aduaneras del país vecino facilitaran el paso de un primer camión con material de construcción, el equipo de la delegación del Gobierno en Ceuta tuvo que volver a la sede situada en la Plaza de los Reyes con las manos vacías. Tras los intentos infructuosos para que otra de las «prueba piloto», la más importante, por la simbología estratégica de reconocimiento de una aduana comercial por parte de Marruecos, quedó en saco roto. El delegado del Gobierno, Rafael García, había estado trabajando junto a su equipo desde primera hora del jueves para intentar llevar a cabo la primera expedición comercial desde el país vecino hacia Ceuta. El cargamento de mercancías, en concreto un camión cargado con 30 toneladas de arena destinada a la construcción tenía como objetivo entregar dicha carga a una empresa local ceutí que se encarga de vender los materiales para los contratistas de la construcción.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, de ambos países más acentuados en la parte española, se han presentado complicaciones en el proceso e incluso alguna fuente aduanera tilda como «enfriamiento del proceso».
Hasta el momento, no se ha logrado concretar exitosamente el traslado de la remesa de mercancías hacia Ceuta. Las autoridades continúan trabajando arduamente para resolver los obstáculos que han surgido en el camino y asegurar que el envío llegue a su destino final de manera oportuna.
La situación está generando preocupación tanto en el ámbito empresarial y político en las ciudades como en el contexto de las relaciones entre España y Marruecos. Ambos países están comprometidos en encontrar una solución y superar los desafíos actuales, con el fin de establecer el flujo de comercio legal en las fronteras terrestres que España mantiene en Ceuta y Melilla.
Fuentes diplomáticas no ocultan que esta situación se les promete incómoda, después de los pasos dados por el gobierno de España para fortalecer los lazos bilaterales, el más importante apoyar la solución marroquí en el conflicto del Sáhara Occidental girando la posición española 180 grados con respecto a la que mantenía hasta abril del año pasado.
Se espera que los dos gobiernos sigan colaborando estrechamente para superar las dificultades presentes y lograr el cruce exitoso de la primera remesa de mercancías hacia Ceuta en el menor tiempo posible.
Ayer jueves Marruecos permitió por tercera vez la entrada de una furgoneta con mercancía a través del punto fiscal instalado en el Tarajal. Se trataba de un cargamento de material fungible de oficina procedente de una conocida empresa que tiene sus almacenes en el polígono del Tarajal, cercano al paso fronterizo.
La aduana comercial entre las ciudades de Ceuta y Melilla con Marruecos el pasado mes de enero se anunciaba como una realidad.
En el caso de Ceuta, esta apertura representa algo inédito hasta la fecha y que supone un hito en la relación entre los dos países. Aunque Exteriores mantuvo que era una prueba piloto, una primera furgoneta de la empresa ceutí Almacenes Bentolila dejó la imagen histórica del día al cruzar cargada con mercancía el paso aduanero de nueva creación. En Melilla también hubo sendas pruebas para determinar la eficacia de estas operaciones de entrada de mercancía hasta el país vecino tras más de cuatro años cerrada por decisión unilateral de Marruecos.
En el mes de febrero y coincidiendo con la reunión de los gobiernos en Rabat, se inició la primera experiencia piloto en la que se vieron cuáles son las debilidades y fortalezas de la nueva aduana para poder plantear un desarrollo adecuado a las características de esta. En Melilla el primer camión también circuló hacia Marruecos sin incidencias y exteriores anunció que las dos experiencias habían concluido con éxito.
De momento, el camión y su conductor esperan al otro lado de la frontera a que Marruecos permita el paso de una vez por todas de mercancías de forma legal por los pasos del Tarajal en Ceuta y Beni Enzar en Melilla.