Pacientes de España y Noruega serán los primeros en someterse al ensayo de solidaridad de la Organización Mundial de la Salud que busca encontrar tratamientos efectivos para la enfermedad. Aún faltarían de 12 a 18 meses para desarrollar una vacuna efectiva.
Ya hay más de medio millón de casos confirmados de coronavirus COVID-19, así como más de 20.000 fallecidos por la enfermedad, informó la Organización Mundial de la Salud este viernes.
“Son números trágicos, pero alrededor del mundo, más de 100.000 personas se han recuperado”, aseguró Tedros Adhanom Gebreyesus.
El director de la Organización informó que aún faltan de 12 a 18 meses para desarrollar una posible vacuna, y mientras tanto es necesario encontrar terapias efectivas para tratar a los pacientes y salvar vidas.
“Nos complace anunciar que, en Noruega y España, los primeros pacientes se inscribirán en breve al Ensayo de la Solidaridad, que comparará la seguridad y la eficacia de cuatro medicamentos diferentes o combinaciones de medicamentos contra COVID-19”, aseguró.
El ensayo histórico en el que participan más de 45 países y es dirigido por la Organización Mundial de la Salud, reducirá drásticamente el tiempo necesario para generar evidencia sólida sobre qué medicamentos funcionan.
“Cuantos más países se unan a la prueba, más rápido tendremos resultados. Mientras tanto, pedimos a las personas y países que se abstengan de utilizar terapias que no han demostrado ser efectivas en el tratamiento de COVID-19”, pidió.
Tedros recordó que la historia de la medicina está llena de ejemplos de medicamentos que funcionaron en papel o en un tubo de ensayo, pero que no funcionaron en humanos o que en realidad eran dañinos.
“Durante la epidemia de ébola más reciente, por ejemplo, se descubrió que algunos medicamentos que se creían eficaces no lo eran tanto como otros medicamentos cuando se compararon durante un ensayo clínico. Debemos seguir la evidencia. No hay atajos”, dijo.
El director de la Organización hizo énfasis en que hay que asegurarse que el uso de medicamentos no comprobados no genere una escasez para tratar enfermedades para las cuales han demostrado ser eficaces.
“A medida que la pandemia evoluciona y más países se ven afectados, estamos aprendiendo más y más lecciones sobre lo que funciona y lo que no”, explicó.
No se debe castigar a los países por tener muchos casos
El director de emergencias de la Organización aseguró que se debe felicitar a los países que están haciendo más pruebas, y no castigarlos porque reporten un mayor número de casos.
“Si creamos una situación en la que reaccionamos negativamente al aumento de los casos, esto se convierte en un incentivo para dejar de hacer test”, dijo Mike Ryan.
Ryan aclaró que también se deben tomar en cuenta las tasas con respecto a toda la población, cuántas pruebas se han hecho, y cuántos han sido negativos o positivos.
“Esto nos da una mejor idea del impacto de la enfermedad. Cuando vemos estos números que están creciendo, parte de ese crecimiento es un aumento de los esfuerzos de detección debido a mejores esfuerzos de rastreo y testeo”, afirmó.
«Cuantas más pruebs hacemos, más va a aumentar el número de casos. Puede ser apabullante, pero hay que conocer los casos. Con medidas agresivas de test, aislamiento y tratamiento, cuarentena de contactos se pueden reducir. Esto es lo que funciona”, agregó la doctora María Vankerkhove.
Los países ricos deben trabajar juntos y ayudar al resto del mundo
El doctor Tedros informó que se había dirigido al G20 y les pidió que echen a andar todo su poder industrial y de innovación para producir y distribuir las herramientas necesarias para salvar vidas.
“También debemos hacer una promesa a las generaciones futuras: nunca más. Los brotes virales son un hecho de la vida, pero la cantidad de daño que hacen es algo en lo que tenemos influencia”, dijo.
Actualmente hay una escasez mundial crónica de equipos de protección personal para los trabajadores de salud, lo que representa una de las amenazas más urgentes para la capacidad colectiva de salvar vidas.
La Organización Mundial de la Salud ha enviado casi dos millones de artículos individuales de equipo de protección a 74 países que más lo necesitan, y se está preparando para enviar una cantidad similar a otros 60 países.
“Pero se necesita mucho más. Este problema solo puede resolverse con la cooperación y la solidaridad internacionales. Cuando los trabajadores de la salud están en riesgo, todos estamos en riesgo. Los trabajadores de la salud en los países de ingresos bajos y medianos merecen la misma protección que los de los países más ricos”, recalcó.
Tedros afirmó además que para respaldar el llamado a todos los países para que realicen pruebas y casos agresivos, también están trabajando con urgencia para aumentar masivamente la producción y la capacidad de pruebas en todo el mundo.
El virus afecta a niños y jóvenes: algo que se puede olvidar
La doctora María Vanhkerkhove recordó que el virus es capaz de causar infección y enfermedad severa en personas de todas las edades.
“La mayoría de los niños tienen una enfermedad leve, pero hay también casos de enfermos graves”, aseguró, añadiendo que la Organización Mundial de la Salud ha lanzado un protocolo para que los países puedan reportar los datos demográficos de los pacientes para aclarar más el panorama.
“No hay duda de que los más afectados son los ancianos y aquellos con otras condiciones, pero por ejemplo en Corea, el 15% de los casos en cuidados intensivos, eran de personas menores de 60 años», afirmó el doctor Mike Ryan.
Los especialistas recordaron que cada infección es una oportunidad de transmisión, y que los jóvenes no son inmunes, y si no se cuidan y se enferman ponen en riesgo a otras poblaciones más vulnerables.
“Del 10 al 20% de los menores de 50 años tendrán COVID-19 con síntomas moderados, está cada vez más claro es que, aunque no suele ser fatal en los jóvenes, puede causar una enfermedad grave”, recordó Ryan.