Caminando Fronteras vuelve a denunciar las políticas migratorias de los estados europeos que han provocado que las víctimas en las rutas de acceso a España durante 2021 se hayan duplicado, con respecto a 2020. El informe de 2021 ha constatado «las cifras del dolor, el año más terrible»
El colectivo Caminando Fronteras ha presentado, dando inicio a este año 2022, las cifras del monitoreo de la frontera realizados durante el curso pasado de la mano de las intervenciones de Helena Maleno, coordinadora del Colectivo Caminando Fronteras, y María González, responsable del Eje Derecho a la Vida.
Este informe, en palabras de Maleno, «permite visibilizar lo que está ocurriendo en las fronteras e iniciar con las familias procesos de reparación, justicia y no repetición. Llegamos a 12 muertes al día en las fronteras al día».
En el transcurso del 2021, Caminando Fronteras ha contabilizado hasta 4.404 víctimas de la Frontera Occidental Euroafricana, a través del contacto directo con las propias víctimas, así como con sus seres queridos. Desde la organización, y su labor como Observatorio de Derechos en las Fronteras, los datos documentados resultan en la desaparición de 83 embarcaciones con todas las personas abordo; en que de las 4.404 víctimas, 4.175 personas han muerto en su paso por la frontera, y 229 han desaparecido; que 628 mujeres y 205 niños y niñas han perdido la vida durante el año; que el 94,80% de las víctimas siguen sin ser identificadas y que con respecto al 2020, las muertes han aumentado en 102,95%.
Los datos directos de fuentes primarias se han cotejado con fuentes oficiales, comunidades migrantes y organizaciones sociales en terreno con las que Caminando Fronteras está contacto de forma permanente.
El ministerio del Interior ha publicado los datos en los que descienden, en más de 600 personas, las que entran por vía marítima, «y eso tenemos que contraponerlo al número de víctimas«, advierte Maleno, ya que éstas se han duplicado en este 2021. Entre los factores que provocan este gran aumento, analizados por Caminando Fronteras, Maleno apunta a la peligrosidad de las rutas «cada vez más largas» y las condiciones de las embarcaciones «precarias» y a cómo salen las personas que están esperando en zona de desierto, «en unas condiciones bastante terribles, por el efecto de las redadas y del control migratorio«; además, ponen el acento en «la nula experiencia en navegación de las personas que están en estas embarcaciones».
En esta línea, también destacan los factores políticos que dependen del control migratorio, «que es la falta de coordinación para la defensa de la vida entre los diferentes países, la falta de medios de rescate, la demora innecesaria en esos tiempos de activación de las búsquedas y la arbitrariedad en la decisión de cómo se activan estas ayudas a las personas que están en peligro en el mar», advierte Maleno. «Hemos visto también, desgraciadamente, negación de ayuda por parte de otras embarcaciones, porque temen ser señalados y criminalizados por, solidariamente defender la vida en el mar».
102 víctimas en la Ruta del Estrecho
Ahora, si atendemos al desglose desde el que se clasifican las vías de acceso a España en cuatro rutas diferentes: Ruta Canaria, Ruta de Alborán, Ruta Argelina y Ruta del Estrecho, la crudeza de la Ruta Canaria sigue convirtiéndola en la más mortífera de las cuatro. Tan solo en esta ruta se han contabilizado hasta 4.016 víctimas, en los 124 naufragios de los que el colectivo ha tenido constancia y ha podido realizar seguimiento. No obstante, y a pesar de la reiterada dificultad que se encuentra en la Ruta Argelina para tener conocimiento de las embarcaciones -y las tragedias- que en ella tienen lugar, se han podido contabilizar hasta 191 víctimas en 19 naufragios.
En los casos de la Ruta del Estrecho y la Ruta de Alborán, los datos no son menos preocupantes, con 102 y 95 víctimas respectivamente, en un total de 27 naufragios (17 en el Estrecho y 10 en Alborán).
Todos estos datos resultan todavía más alarmantes si se visibilizan desde un corto recorrido temporal, pues las 893 víctimas que se contabilizaron en 2019 ya se duplicaron el curso pasado, con 2.170 muertes en 2020. Todavía peor, pues, resulta que se hayan cumplido los presagios que se adivinaban con los datos del primer semestre de 2021: un año más los datos se vuelven a duplicar, alcanzando las 4.404 víctimas.
Cifras, además, que crecen de forma exponencial frente a las capacidades de un colectivo, Caminando Fronteras, que sí multiplica esfuerzos, pero sigue sin las herramientas necesarias para dar alcance a todo aquello que sucede en la frontera, y no puede sino admirar la pasividad de Estados, organismos internacionales y demás instituciones, frente a la crudeza sus vallas y sus necropolíticas.