7 años de vacas gordas. 7 años de vacas flacas. José de Egipto y Juan de Ceuta.
Siendo de la facultad de Economía de Málaga, con el sol soleado, esperaba solución magistral, propia.
Sobre todo, después de haber hecho sonar redobles de tambores africanos, hablando de un plan que, es de suponer, no iba a ser para adelgazar.
Después de años de vacas gordas, ir a Madrid, preferiblemente, si juega el Real Madrid, para pasar la patata caliente, para exponer lo obvio: que Ceuta está con vacas flacas, pues, ciertamente, se podía haber ahorrado la molestia inherente a todo desplazamiento.
Por supuesto, que el estado debe ayudar. Pero, con crisis y sin ella.
Ahora bien, que sea el estado quien tenga que resolver, sistemáticamente, los problemas de una gestión de despropósitos, pues va a ser que no.
¡Con tantos años de vacas gordas!
¿Dónde queda la brillante gestión?
Para gestionar con pólvora ajena, no hace falta ni facultad, ni Málaga. Ni Real Madrid.
Buen pasador de pelota. Siempre, desde niño, fue un verdadero crack de Jaudenes. Cantera, que se quite la de Benzú, que me tiene a mis pajaritos, fritos, con las explosiones.
Egipto y Ceuta. Se juega al fútbol en casa. En África.