Violencia, trato inhumano, devoluciones ilegales y 64 personas desaparecidas. Estos son los resultados de la investigación que ha llevado a cabo la Asociación Marroquí de Derecho Humanos (AMDH) de Nador sobre la masacre en Melilla, tras el intento de salto de valla de hace poco más de un mes. Y a esto hay que sumar las 37 muertes, en una frontera que deshumaniza a quienes no pueden acceder a vías legales para pedir asilo.
Porque muchas de esas personas que sufrieron la violencia de la gendarmería marroquí y la pasividad de las fuerzas del orden española venían de países donde persisten guerras cronificadas y olvidadas, como Chad o Sudán. Querían acceder a España para poder pedir protección internacional y poner su vida a salvo. Porque tuvieron que huir de su país y han tenido que huir del acoso y la persecución que sufren en Marruecos, pero también porque no les dejan acercarse a la oficina de asilo habilitada en Melilla.
Desde CEAR seguimos esperando una investigación independiente que aclare lo ocurrido en Melilla. También seguimos esperando un cambio en las políticas migratorias que ponga fin a la deshumanización y que active más vías legales para pedir protección internacional. Lo esperamos, lo seguiremos reclamando y no vamos a rendirnos.