Además de a los colectivos que trabajan en la calle, el grupo tiene numerosas demandas de particulares. Actualmente son unas 150 personas las que colaboran con Mascarillas Solidarias, que surgió hace un mes a iniciativa de tres amigas que decidieron tomar aguja e hilo para ayudar a «salvar vidas»
Desde que comenzó el confinamiento por la pandemia del coronavirus han sido muchos los movimientos solidarios que, espontáneamente, han visto la luz. Uno de ellos ha sido el grupo de Mascarillas Solidarias, una iniciativa surgida de la idea de tres amigas que, ante la escasez de este artículo tan esencial estos días, decidieron aunar esfuerzos y confeccionar mascarillas para entregarlas, posteriormente, entre distintos colectivos de la ciudad. Hace casi un mes que se gestó esta propuesta y, a día de hoy, ya son alrededor de 150 las personas que se han sumado a esta iniciativa solidaria.
Este ingente grupo de personas ha hecho realidad que, a día de hoy, se hayan podido confeccionar más de 7.000 mascarillas y aún son numerosos los pedidos por entregar, según explica Alejandro Berlanga, uno de los integrantes de Mascarillas Solidarias. «Aún tenemos pendientes de entregar otras 750 y hay que seguir sumando los pedidos que nos siguen haciendo distintos colectivos». Policía Local y Nacional, Bomberos o Militares, forman parte de los ‘clientes’ habituales de este grupo de personas que un día decidió coger hilo y aguja para hacer de esos pequeños gestos una gran obra solidaria. «Hay que reconocer a las costureras, repartidos y a todos los que integran este grupo porque gracias a ellos se están salvando vidas».
Pero estas mascarillas también están llegando a un gran número de particulares, apunta Berlanga. «Cada vez son más los particulares que nos piden mascarillas, pero siempre vamos a priorizar a aquellos que estén en riesgo«.
Empezó como la humilde idea de tres amigas que aprovecharon el material que encontraron en casa (telas y elásticos) pero que con el tiempo ha requerido de la puesta en marcha de una gran infraestructura en la que cualquier donación es fundamental para continuar con esta altruista tarea. En el caso de militares y policías, la falta de material ya se ha solventado. «Ellos nos donan trajes que ya no utilizan y con estos trajes solo se cose las mascarillas para estos colectivos».
Para el resto de colectivos y particulares, los integrantes de Mascarillas Solidarias han hecho un llamamiento a rebuscar entre los armarios y donar aquellas telas que ya no se utilicen. «Hacen falta elásticos, camisetas, sábanas o cualquier tela que pueda aprovecharse para hacer las mascarillas». El mayor problema procede del polipropileno, el material necesario para aislar la mascarilla del virus y que Berlanga reconoce que «es muy complicado de localizar y más estando en Ceuta que estamos aislados y hay que pedirlo fuera». Sin embargo, esta tela también se encuentran en muchos hogares. «El polipropileno están en las fundas de los portatrajes o en las bolsas que a veces traen los zapatos de vestir».
Otra opción es la donación económica con la que el grupo podrá adquirir el material necesario para continuar la fabricación masiva de mascarillas. En su reparto, también son muchos los que colaboran, desde los voluntarios de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil, que se encargan de la distribución de grandes cantidades hasta miembros de la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate (UCAR) que reparten entre los hogares ceutíes.
Cualquier que desee colaborar, con donaciones económicas o de material pueden contactar con Mascarillas Solidarias en el Facebook del mismo nombre.