El Real Madrid reafirmó su dominio en la Champions League con una actuación memorable ante el Manchester City, imponiéndose por 3-1 en el Santiago Bernabéu en la vuelta de la repesca. La estrella indiscutible de la noche fue Kylian Mbappé, quien firmó un hat-trick que sentenció a un equipo de Guardiola que nunca encontró respuestas.
Desde el primer minuto, el equipo de Carlo Ancelotti impuso su ley en el campo. Apenas en el minuto 4, Raúl Asencio puso un pase magistral al espacio que dejó a Mbappé en una posición inmejorable. El delantero francés, sin dudar, superó a Rúben Dias y picó el balón por encima de Ederson para abrir el marcador. Era el presagio de una noche legendaria.
A partir de ahí, el City intentó reaccionar, pero el Madrid demostró ser un bloque compacto. La ausencia de Erling Haaland pesó en el conjunto de Guardiola, que no encontró profundidad ni soluciones ofensivas. Nico, Khusanov y Marmoush, las apuestas del técnico catalán, no lograron marcar diferencias.
El show de Mbappé
La superioridad madridista quedó más que evidenciada en la primera media hora. Ceballos y Tchouaméni dominaron el mediocampo con criterio y entrega, cortando las líneas de pase del City y lanzando a los veloces atacantes blancos. En el minuto 31, una recuperación en la medular permitió una combinación vertiginosa: Valverde habilitó a Vinicius, quien descargó para Rodrygo. El brasileño filtró un pase para Mbappé, quien con frialdad regateó a Gvardiol y definó con clase para el 2-0.
El City, desconcertado y sin generar peligro, trató de ajustar con un cambio táctico en la segunda mitad, adelantando líneas y presionando con más intensidad. Sin embargo, la zaga madridista, con un imponente Asencio, supo neutralizar cualquier intento de peligro. A pesar de los esfuerzos de Foden y Savinho, los ingleses no lograron inquietar a Courtois.
Sentencia y exhibición
El tercer gol llegó en el minuto 65, cuando Valverde, otra de las figuras del partido, puso un pase preciso al área. Mbappé, con su característica velocidad, desbordó, amagó con la bicicleta y definió con un disparo cruzado al palo contrario de Ederson. El 3-0 selló el destino del partido y desató la euforia en el Bernabéu.
Con el partido bajo control, el Madrid bajó la intensidad y el City encontró su único gol en el tramo final con un tanto de Nico. No obstante, el resultado nunca estuvo en duda. Ancelotti aprovechó para realizar cambios y recibir la ovación de la afición, que coreó el nombre de Mbappé en reconocimiento a su exhibición.
Un Madrid monumental
El Real Madrid demostró que sigue siendo el Rey de Europa y que no tiene intención de ceder su corona. Con un equipo equilibrado, talento individual y una mentalidad ganadora, los blancos enviaron un mensaje claro al resto de los aspirantes al título: este Madrid es imparable. Y en el corazón de este proyecto, Kylian Mbappé brilla con luz propia, justificando con creces su llegada al club blanco.
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