Con menos de 15 minutos de presencia en la ciudad, la portavoz de la Caravana Abriendo Fronteras, Inmaculada Rodríguez, ha puesto el dedo sobre dos llagas casi sempiternas en Ceuta: las porteadoras y los menores migrantes. «Parece que llamándoles MENA le quitamos importancia a la situación» ha sentenciado.
«Estamos especialmente preocupados por los niños que viven en la calle, que parece que generan una absoluta indiferencia, cuando luego todo el mundo dice que quiere proteger a la infancia» así lo expresaba Inmaculada Rodríguez. Sin anestesia, sin peros y sin concesiones. «Parece que llamándoles MENA le quitamos importancia a la situación de precariedad y desabastecimiento absoluto de todas sus necesidades. Necesidades afectivas, de educación».
Así, la portavoz de la Caravana Abriendo Fronteras, tras señalar la problemática de las mujeres porteadoras y de los menores migrantes, ha denunciado que «esto que estamos haciendo marca generaciones futuras. Todos los niños y niñas que están en la calle y que no estamos atendiendo, nos van a marcar el camino de por dónde están las consecuencias de la globalización«.
Rodríguez ha asegurado que «las guerras empiezan aquí y tenemos que pararlas aquí para luego no tener que invertir en todo lo que llamamos ayuda humanitaria. Las empresas que fabrican armas, las empresas que exportan armas, los puertos de donde salen las armas, son españoles. Ha habido ya mucha resistencia civil intentando parar la salidas de barcos con armas que se dirigen a zonas de conflicto y ha sido criminalizada».
Criminalización de la solidaridad
En este sentido, Rodríguez ha denunciado precisamente esa criminalización de la solidaridad: «No queremos que se criminalice la solidaridad y que se trate a la ciudadanía como si fuese estúpida y no sepa diferenciar qué solidaridad y qué es trata de personas. Que se acuse a determinadas personas de estar haciendo trata de personas y mafias. Pedimos solidaridad absoluta con todas las personas que están jugándose mucho para estar en primera línea». Rodríguez ha puesto como ejemplo de estas personas a las que se criminaliza por su solidaridad a los tres bomberos sevillanos de Proemaid que fueron llevados a juicio por realizar labores de rescate en el Mediterráneo.
Finalmente, Rodríguez ha querido transmitir un mensaje de «esperanza» y una advertencia a los dirigentes europeos: «Somos muchas y queremos ser más. Tenemos una emergencia migrante que está generando miles de muertos. Esto tiene que pararse ya. Y si no pasaremos a una desobediencia más activa. Mucho más activa de la que estamos ejerciendo ahora. Tendrán que decidir nuestros gobernantes dónde se quieren colocar».