Está claro que el escenario que tenemos sobre el tapete a nivel mundial es muy complicado, sobre todo cuando toca volver a empezar a trabajar para poder reconstruir de nuevo nuestro país, las personas están llenas de preguntas e inquietudes, unas pasan por lo que está por venir y otras por toda la sobreinformación que escuchan a través de los medios de comunicación donde las noticias predicen un presente inseguro y un futuro sin expectativas. En este mundo hay personas que vienen a contribuir y ayudar y otras para aprovecharse y hacer daño gratuito a los demás y es que el ser humano por naturaleza, en un espécimen mucho más peligroso que cualquier pandemia; a muchos no les ha servido de nada todo lo que está pasando y desgraciadamente no es comparable a lo que nos queda por ver. El que hacía el bien se habrá dado cuenta que lo realmente importante es precisamente eso y esas personas que solo piensan en ellas mismas, egoístas y llenas de maldad, pues seguirán con su rutina y ni con cien pandemias como esta harán que sus sentimientos mejoren y seguirán siendo incapaces de ver y de disfrutar de lo realmente importante, la generosidad, la verdadera solidaridad hacia el prójimo y en definitiva, el amor hacia los demás.
Hay mucha pero que muchas personas que se han dedicado o que se dedican únicamente a recalcar y machacar la gestión del Gobierno, andan todo el día escupiendo sapos y culebras (y que me perdonen estos animales) pero no escucho a los ciudadanos en general y a ninguno en particuñar entonar el «mea culpa» ni admitir que son unos egoístas por no ser capaces ni de cumplir con las normas establecidas en este estado de alarma, para que este virus deje de ser letal y dejen de morir personas. Si como ciudadanos no somos capaces de dar un mínimo ejemplo de civismo demostrando que solo nos importa nuestro ego, pasando de preocuparnos por los demás, qué esperamos de los políticos. Esas personas que están todo el día criticando las decisiones que toman los unos y los otros que, son las más listas del mundo y que a todo le ponen un «pero», nos resulta extraño que no estén en la NASA dando instrucciones o en la OMS exponiendo esas brillantes ideas que cuentan en los grupos de whatsApp esos mismos a los que saturan con cientos y cientos de mensajes en los que no dejan títere con cabeza.
Por no hablar de esos que sí tienen poder y me refiero a todos esos grupos políticos que se sientan a criticar al Gobierno por lo mismo que lo hace el resto, con la única diferencia es que estos sí tienen la obligación de remar junto al que manda en el barco y sacarnos de este caos en el que nos encontramos todos, ciudadanos y ellos mismos. Por qué no se han sentado con los que están gobernando y han remado juntos en una misma dirección, pues creo que se les da mucho mejor criticar que aportar. Demostrado está, porque siempre están en los medios de comunicación malmetiendo y preocupando mucho más a una sociedad que está cansada de estos personajillos que hablan y hablan y solo hablan.
Es muy penoso que una ciudad como Ceuta tenga una clase política que no esté a la altura de las circunstancias y al decir clase política, me refiero a todos esos que no son capaces de sentarse en la misma mesa y crear un plan de reconstrucción viable con expectativas en todos los campos y aunque el económico sea primordial, se necesita una economía que no esté basada en lo que ya existe, sino con una visión que vaya mas allá del planteamiento local de buscar espacios en el ámbito internacional, donde se le de visibilidad a la ciudad con proyectos de cooperación en todos los ámbitos, apostando fuertemente por liberar terrenos que son del Gobierno central y convertirlos en industrias sostenibles consiguiendo que otros países quieran arraigarse y establecerse creando riqueza, con la implementación de una oficina internacional donde el Gobierno local busque su sitio en la mesa de negociación global, porque si alguien conoce verdaderamente las necesidades de una ciudad, es sin duda su gente.
Ya que se están tomando decisiones sobre la reconstrucción de la ciudad, se tendría que empezar a valorar sobre cuál va a ser el futuro del hotel Puerta de África, un negocio que después de varios intentos de reflotarlo con inversión de dinero público no ha dado fruto alguno. Se podría valorar llevar a cabo una iniciativa donde un grupo de personas de la ciudad (o de fuera también) pudieran invertir en el mismo, realizando pequeñas aportaciones de dinero (50 euros por ejemplo) dando lugar a los interesados a recibir todos los meses un pequeño dividendo, todo ello dependiendo de la cantidad aportada hasta efectuarse la venta del hotel o levantarlo. La empresa española pionera de este método se llama Housers que, ha puesto en práctica esta idea en hoteles de Valencia, generando de esta forma que se alivien las arcas públicas consiguiendo mantener los puestos de trabajo.
Sin duda alguna ha llegado la hora de tender puentes, de dejar ideologías atrás, terminar con los egos y demostrar de una vez por todas que grupos políticos, sindicatos y ciudadanos, todos juntos y a la vez hagamos algo bueno que, seamos capaces de crear algo positivo entre tanto caos y desastre. Que saquemos algo constructivo de entre tanta muerte y destrucción que, nos valga para algo que, aprendamos que el ser humano es tan vulnerable y débil que, por sí solo es incapaz de conseguir salir airoso en una guerra de este calibre.