Mensaje de Navidad del presidente de la Ciudad
Feliz Navidad, salud, paz y prosperidad para todos. Ojalá y el espíritu de la Navidad nos alcance, en estos días y siempre. Ojalá y nos alcance la humildad, la esperanza y el amor. Humildad para que nadie se considere superior a nadie, para respetar al otro, para reconocer los errores, para pedir disculpas, para perdonar.
Esperanza para considerar que no existen metas inalcanzables, sueños irrealizables, que no hay que dar ninguna batalla por perdida. Esperanza para en el túnel de los contratiempos, antes que maldecir la oscuridad, encender una vela que nos permita alumbrar la salida.
Y amor, amor al prójimo. Amor al que sufre, por cualquier causa. Amor a los pobres, a los excluidos, a los más débiles y a los vulnerables. Amor como cauce de fraternidad, el amor que nos hace mejores, más dispuestos a la solidaridad, al bien común y al encuentro.
El amor reflejado en la pena y tristeza que embargó el corazón de todos los ceutíes, hace pocos días, con motivo de la muerte cruel del joven Mohamed.
Amor, esperanza, humildad como pauta de comportamiento de nuestras vidas. Pero también, amor, esperanza y humildad en lo tocante al interés general. Por tanto, amor, esperanza y humildad para afrontar este momento crucial que vive nuestra ciudad, para afrontar esta situación de verdadera encrucijada histórica.
Humildad para saber que en Ceuta concurren unos condicionantes, unos desafíos, unos riesgos y unas amenazas que no se dan en ninguna parte de España, salvo en el caso de nuestra hermana Melilla.
Y humildad para comprender que estos desafíos, estos riesgos, estas amenazas solo podremos afrontarlo desde la unidad, solo pueden tener como respuesta la unidad de todos los ceutíes y el apoyo solidario del resto de los españoles. Solo desde la unidad, podremos lograr esa Ceuta protegida, segura, tranquila, esa Ceuta moderna, dinámica, emprendedora que todos deseamos. Esa Ceuta atractiva para vivir, para ser visitada, para invertir. Solo desde la unidad.
Y esperanza para estar convencidos de que esa Ceuta que queremos y deseamos está al alcance de nuestras manos, lo podemos conseguir desde la unidad. No hace mucho, en mayo de 2021, estábamos en ese túnel al que antes me refería, un túnel que parecía que no iba a tener salida. Pudimos elegir el camino de maldecir la oscuridad, que es tanto como decir que pudimos elegir el camino de echarnos la culpa unos a otros, el camino de la división. Pero no lo hicimos, optamos por afanarnos todos en buscar complicidades, en aunar esfuerzos y voluntades para salir juntos del túnel, para encender esa vela que también me refería para alumbrar la salida.
Creo que fue lo correcto, creo que la acción constructiva funcionó, creo que la esperanza prosperó. Ha quedado acreditado de manera absolutamente irrefutable que la soberanía y la integridad de nuestra ciudad no están en juego, ha quedado acreditado que la soberanía y la integridad de nuestra ciudad están protegidas y garantizadas por el ordenamiento constitucional, por el Estado, por la Unión Europea y por el derecho internacional.
Y además de esto, que es tan importante para la confianza de cara al futuro de nuestra ciudad, se han dado pasos y generado expectativas favorables para fortalecer esa salida que todos pretendemos, para fortalecer esa confianza que todos necesitamos. Pasos y expectativas relevantes para lograr una potenciación de las áreas de Defensa, Seguridad, Justicia, Educación, Sanidad, Servicios Sociales y otras determinantes para la calidad de vida de los ceutíes, así como para asegurar unos niveles de servicios públicos equiparables a los del resto de España.
Al mismo tiempo, confirmar que ese propósito de una frontera que funcione de manera convencional a la del resto de fronteras de la Unión Europea, una frontera bien dotada, segura, ordenada, respetada, que sea un yacimiento de oportunidades en vez de una fuente permanente de problemas.
Para, al mismo tiempo, transitar y lograr, existen datos alentadores, un nuevo modelo económico más sostenible, más estable, con mayor capacidad para crear empleo. Un modelo económico fundamentado en sectores innovadores. Para, al mismo tiempo, seguir apoyando a nuestro tejido productivo, a nuestras PYMES, a nuestros autónomos, a nuestro comercio… para seguir mejorando y abaratando las comunicaciones con la península, para también avanzar en el Régimen Económico y Fiscal especial de nuestra tierra.
Es decir, un conjunto de expectativas que, si se confirman, harán que Ceuta sea una ciudad estable, próspera, segura y cohesionada. Lo podemos conseguir, debemos de tener esperanza y confianza en que lo lograremos. Y todos estos avances, todas estas expectativas son fruto del empeño, que cuando es definitivo y firme tiene que tener como principal motivación la pasión, es decir, tiene que tener como principal motivación el amor.
En nuestro caso, la pasión y el amor por esta tierra, que es tanto como decir la pasión y el amor por España. Una tierra, Ceuta, y un pueblo, el caballa, del que nos podemos sentir orgullosos. Yo diría que nos podemos sentir muy orgullosos. Esa tierra, lo digo muchas veces y no me cansaré nunca de repetirlo, es una tierra de profundas raíces, fecunda, hermosa y mágica, diversa. Es una tierra pequeña en tamaño, pero grande, muy grande, en valores. Es una tierra que cautiva, que enamora los sentidos, que sorprende a quien la visita.
Decía, grande en valores, grande en su capacidad para superar las dificultades por duras que estas sean. Grande en su vocación de servir a España para lo que sea menester, cualquiera que sea el precio. Grande en su actitud para respetarnos y convivir, para hacer del respeto y la convivencia entre personas de distintos credos y orígenes una manera de ser y de vivir, una manera, en definitiva, de compartir.
Y grande por rendir un homenaje permanente de cariño y admiración a quienes siendo fieles al juramento que empeñaron, están dispuestos a darlo todo por la Patria.
Podemos sentirnos orgullosos de esta tierra, orgullosos de su gente. Y en ese orgullo debe estar basado, en gran medida el futuro. En la carta que le he dirigido a los Reyes Magos de este año, les he pedido, con más fuerza que nunca, algo muy concreto, pero también muy importantes: que los ceutíes, todos los ceutíes, no perdamos nunca la capacidad para identificar y para defender los tres pilares en los que se fundamenta el sostenimiento, en que se fundamenta la supervivencia de nuestra ciudad.
Que los ceutíes no dejemos nunca de identificar y defender la defensa de nuestra españolidad, la españolidad como razón de ser, como clave para el porvenir de las futuras generaciones de ceutíes. Y, al mismo tiempo, el reconocimiento y aprecio por nuestra multiculturalidad, por la convivencia como un factor que nos enriquece y distingue.
Y la igualdad. La igualdad entre todos los ceutíes y la igualdad entre los ceutíes y el resto de España en derechos, obligaciones, en oportunidades. Esta es la Carta a los Reyes Magos, creo que está al alcance de todos poderlo conseguir. Estoy absolutamente convencido de que lo vamos a conseguir.
Feliz Navidad, a todos paz, salud y bienestar.