Ismail El Majdoubi, mediador social, activista de los derechos de la infancia y jóvenes migrantes; Victor Pool, miembro del colectivo Poder Migrante; Ramsés Mohamed, educador social y voluntario de Elin y Paloma F. Coleto, socióloga, periodista, editora y directora de El Foro de Ceuta desgranaron las causas de los discursos de odio y lanzaron varias propuestas para acabar con él, en sus diferentes ámbitos. Además realizaron varias críticas al sistema social y político, que mantiene y perpetúa los estereotipos que discriminan a los diferentes colectivos vulnerables
La primera mesa de debate de las jornadas de Prevención del odio en las redes sociales en el Estrecho de Gibraltar, Navegando desde del ciber-respeto, de la Fundación Márgenes y Vínculos ha tratado muchas cuestiones sobre las que trabajar para acabar con los discursos de odio en las redes, así como para sensibilizar a la ciudadanía.
Paloma F. Coleto, ha sido la encargada de abrir esta primera mesa de debate, titulada ‘Sensibilización 2.0 (racismo 2.0, activismo hashtag, bulos/Fake News), asegurando que «informar de la realidad migratoria a pie de valla es fundamental para poder ofrecer una información objetiva, veraz y minuciosa, y hacerlo desde la perspectiva de los derechos humanos y poniendo la vida de la persona migrante en el centro es necesario ante el auge de los discursos -y delitos- de odio». La socióloga ha hecho una análisis de la realidad ceutí, centrándose en la división desigual de los diferentes poderes -económico, político y simbólico-, señalando que en Ceuta se debe usar el término coexistencia y no convivencia por «las diferentes relaciones de poder y las diferentes manos en las que este se encuentra».
Coleto también ha apuntado que la entrada de la extrema derecha en la esfera política ha supuesto que «en los últimos años, los discursos de odio -sobre todo contra la población musulmana y contra las mujeres- en público han comenzado a normalizarse, sobre todo, desde que el PP pactó un el año pasado con Vox para mantener la gobernabilidad de la ciudad, haciendo que su discurso de odio se institucionalizase«.
En un contexto de constante auge de los discursos de odio en las redes sociales, «las fake news, los bulos, los discursos políticos de algunos partidos, e incluso los delitos de odio contra la población migrante se han hecho patentes y hacen cada vez más ruido», ha puntualizado la editora de El Foro de Ceuta, donde señala que «Ceuta no es la excepción, pese a su alto grado de multiculturalidad. Las redes sociales son el caladero perfecto para dar rienda suelta a este tipo de discursos, con la propia identidad o bajo perfiles falsos, el anonimato de los mensajes y la consecuente sensación de impunidad contribuyen a ese crecimiento».
«Perdemos el tiempo desmintiendo bulos, pero tenemos que poner empeño en crear nuevas narrativas«, ha comentado el segundo ponente de la mesa, Ramsés Mohamed, educador social y voluntario de Elin. «Hay que buscar un discurso alternativo» ha puntualizado, explicando que desde la asociación se ha lanzado un dosier sobre las experiencias de migrantes y personas voluntarias que han pasado durante los últimos diez años por la asociación. «Se trata de un espacio en el que se recoge el recorrido experiencial de las personas que forman Elin, centrado en las variaciones que ha vivido Ceuta en los últimos años».
Para el educador social, «la migración no tiene que verse como una amenaza, tenemos que plantear cuál es el aporte humano y reconocerles como iguales«.
Por su parte, Victor Pool, miembro del colectivo Poder Migrante, que ha participado por Zoom, ha desgranado cinco estrategias para acabar con los discursos de odio: «Tomar conciencia de nuestros propios perjuicios, ver de dónde parten nuestras acciones y terminar con el discurso del nosotros y ellos; Romper las expresiones, las narrativas y el discurso de odio, estando alerta de los mismos y apagando las llamas antes de que se conviertan en un incendio; cambiar las narrativas de odio por las nuevas narrativas humanizadoras, para prevenir los discursos de odio y salir del fango de la extrema derecha; crear nuevos lazos de cohesión social y crear redes de colaboración colectiva en espacios seguros». Además, el portavoz del colectivo ha anunciado que están trabajando en la primera Red Social Antirracista, que muy pronto verá la luz.
La última intervención corrió a cargo de Ismail El Majdoubi, mediador social, activista de los derechos de la infancia y jóvenes migrantes, que comenzó afirmando que «a Ceuta se la conoce más en Castillejos que en Madrid». «Ceuta estuvo en mi ruta migratoria y cuando llegué a Madrid todo el mundo me preguntaba que dónde estaba Ceuta, sin embargo, al otro lado de la frontera todo el mundo sabe dónde está la ciudad y qué supone entrar a ella: estar en Europa».
En su alegato hizo una fuerte crítica al sistema migratorio que impide que las personas con menos recursos ingresen de manera regular en territorio europeo, «si eres marroquí, para pedir el visado para entrar a España te piden una cuenta bancaria con mucho dinero y un aval», por lo que para el joven mediador social, la migración del norte de Marruecos hacia la península pasando por Ceuta, también es una denuncia, «una reivindicación» de aquellos jóvenes que cada 31 de diciembre escuchan desde sus casas los fuegos artificiales «y esa rabia y esa rebeldía que se tiene por ser pobre, ya que no hablo de migrantes si no de pobres y de la aporofobia de los españoles», es lo que empuja a los jóvenes a dejar atrás sus hogares para emprender un camino hacia Europa.
El Majdoubi también denunció el procedimiento de «marcaje» a los niños, niñas y jóvenes que entraron a Ceuta durante la crisis de mayo, «aquí en Ceuta se marcaba a los menors con un rotulador permanente, se les tuvo un mes en las naves del Tarajal con la misma ropa y se devolvían cada día a 10 o 15 niños. ¿Dónde están los más de 1500 que entraron?» se preguntó el mediador social.