La catedral de Notre-Dame de París, tras el incendio que la devastó en abril de 2019, ha sido restaurada y reabre sus puertas al público. Este evento no solo marca la recuperación de uno de los monumentos más emblemáticos de Francia, sino también la incorporación de arte contemporáneo en su interior.
El artista mallorquín Miquel Barceló ha sido el encargado de crear tres tapices monumentales que adornarán la capilla de la nave lateral norte. Estos tapices representan figuras bíblicas como Noé y Moisés, y son un testimonio del interés de Barceló por el arte sacro.
En una rueda de prensa reciente, Barceló compartió detalles sobre el proceso creativo detrás de estos tapices. Inspirado por los cartones de Goya, Barceló ha diseñado grandes pinturas en papel que serán trasladadas a la urdimbre del tejido en las prestigiosas manufacturas de Gobelins y Beauvais en Francia.
El artista destacó la importancia de trabajar en un proyecto que será visto por millones de personas cada año. ‘Me gusta mucho poder trabajar en algo que verá tantísima gente’, comentó Barceló, quien reside cerca de Notre-Dame y fue testigo del incendio de 2019.
La restauración de la catedral ha costado aproximadamente 700 millones de euros, financiados en parte por donaciones que superaron los 840 millones. Además de los tapices de Barceló, se han instalado 1.000 metros cuadrados de vidrieras contemporáneas, generando cierta controversia al reemplazar algunas vidrieras del siglo XIX.
Barceló, conocido por su trabajo en la bóveda de la sede de Naciones Unidas en Ginebra, ha abordado temas sagrados y profanos en su carrera. Su serie de acuarelas para ‘La divina comedia’ de Dante es un ejemplo de su habilidad para fusionar lo espiritual con lo artístico.
En paralelo a su labor artística, Barceló ha publicado sus memorias, ‘De la vida mía’, un autorretrato que refleja su vida y obra. El libro, escrito en francés, ofrece una visión íntima de su infancia, sus viajes y su relación con el arte.
La reapertura de Notre-Dame con los tapices de Barceló simboliza una nueva era para la catedral, donde el arte contemporáneo y la historia se entrelazan, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y enriquecedora.