Aparece últimamente en televisión un anuncio cuyo lema es en situaciones difíciles necesitamos soluciones fáciles. Puede que este mensaje funcione para hablar de cláusulas suelo, pero es muy preocupante cuando se utiliza en política y se viste de sentido común.
Es la forma de hacer política que viene desde la derecha, ahora fragmentada. Hacer creer que ellos son el paradigma de la sensatez e intentar que en la sociedad penetren unas consignas que dan soluciones sencillas a problemas complejos y globales. Son propuestas generalmente fútiles e irrealizables, mas calan con éxito en un electorado poco informado.
Es lo que ha hecho el PP con las entradas masivas de inmigrantes ilegales del pasado verano. No llegó a convertirse en una crisis migratoria como la que se produjo en 2015 con Rajoy en el Gobierno, pero desde los populares se intentó mostrar como una situación sin precedentes en la historia de España. Por supuesto, aprovecharon para cargar contra Pedro Sánchez, que llevaba pocos meses en el cargo. El presidente era el culpable de que cientos de subsaharianos intentaran entrar en Ceuta desesperadamente. Incluso el señor Zoido, ex ministro del interior y, por lo tanto, máximo responsable de la frontera hasta casi el mes de junio, vino a la ciudad para comprobar el estado de la misma, así, sin sentir ni una pizca de vergüenza.
También tienen una fácil solución para la compleja situación que se vive en Cataluña. Hay que aplicar el artículo 155 de la Constitución (como hizo Rajoy pero mejor, supongo), sacar muchas banderas y gritar yo soy español, español, español. Eso sí, diálogo, ninguno. La derecha en este asunto solo pone palos en la rueda, cuando ellos fueron incapaces de aportar nada en su reciente etapa en el Gobierno.
Lo último ha sido proponer desde el PP local la devolución de competencias de menores al Estado. Es de suponer que el Gobierno de la ciudad nunca más volverá a hablar de la Transitoria V, ya que si no son capaces de encargarse de sus competencias, difícilmente podrían adquirir algunas más. Esta llamada de auxilio ha surgido ahora que Rajoy ha sido desalojado de la Moncloa, porque en todos los años de gobierno popular, en Ceuta no había MENA ni estos ocasionaban ningún problema. El colofón de esta historia lo puso hace unas semanas el senador Guillermo Martínez cuando distinguió entre menores españoles y extranjeros a la hora de gestionar las competencias en menores. Y se quedó tan ancho, igual que Zoido.
Este intento de embarrar la vida política no es nada nuevo en España, pues ya lo hemos vivido en otras ocasiones con la derecha en la oposición. El país debe afrontar nuevos retos en su futuro inmediato en economía, educación, modelo territorial, inmigración… y lo cierto es que se necesitan políticas serias y mucho diálogo, sobre todo en tiempos en los que las mayorías absolutas son historia. Y no, los problemas complejos no tienen soluciones fáciles, eso es mejor dejarlo para conversaciones de barra de bar.