El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha entregado esta tarde el premio a la ganadora de la decimoctava edición, la chef vasco-marroquí que se ha convertido en un referente en el mundo de la cocina a nivel internacional. En el acto también también ha intervenido el consejero de Educación y Cultura y presidente de la Fundación Premio Convivencia, Carlos Rontomé
El XVIII Premio Convivencia este año tiene nombre de mujer, una mujer empoderada y empoderadora. Se trata de Najat Kaanache, una chef vasco-marroquí referente en el mundo de la cocina a nivel internacional. Pero no solo por los ingredientes de sus platos, sino por su esencia como persona. Estudió cine en Londres, pero la vida le ha llevado a convertirse en empresaria, ejerciendo como chef en Fez. “Me dedico a cocinar y a utilizar la cocina como arma para establecer alianzas”, así se definía la galardonada, que aseguró el pasado mes de noviembre que este premio le había pillado por sorpresa.
Kaanache define “convivencia” como la capacidad de vivir con aquellas personas que están a nuestro alrededor “independientemente de cuál es su color, dinero, religión, cultura, etc. Para la chef, “convivir no es tener un pasaporte que te dé derecho a estar donde tú quieras, es qué hacer con ese pasaporte”. Una de las misiones de la chef es facilitar la conciliación familiar y laboral de las personas. Por ello, insistía en que si a su restaurante acude una mujer con un bebé en la espalda y le dice “quiero trabajar y no sé dónde dejar a mi hijo”, ella le deja que vaya con el bebé.
La presentadora del acto, Sara Abdelkader, ha recordado que «mientras en la frontera sur de Europa estamos celebrando un acto por la convivencia, en la frontera norte, estemos viviendo una guerra«. En señal de solidaridad con el pueblo ucraniano, se ha interpretado a voz y a piano la canción ‘Let it go’, banda sonora de la película ‘Frozen’, que recientemente ha vuelto a salir a la luz debido a que esta canción era cantada por una niña ucraniana en un búnker ante la mirada de las personas que allí se refugiaban. «Esta es la historia de una mujer que nace entre dos culturas. Aun así, como ella misma señala, su identidad es solo una, única y compleja, producto de la mezcla de todos los ingredientes que han marcado su trayectoria. Porque este hecho, esta diversidad, en lugar de suponer una debilidad ha generado un cóctel asombroso que nos inspira y sirve de referente en nuestro día a día». Con estas palabras ha presentado Abdelkader a la galardonada, Najat Kaanache.
Isabel Valriberas, presidenta del jurado, ha leído el acta en la que rezaba como ganadora la candidata propuesta por la presidenta de BPW Ceuta, Sony Vashdev y, posteriormente, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha sido el encargado de entregar el premio a la galardonada. Seguidamente, el consejero de Educación y Cultura y presidente de la Fundación Premio Convivencia, Carlos Rontomé, ha dirigido unas palabras a la premiada. En última instancia, Kaanache ha tomado el atril junto a su distinción para dedicar unas palabras de agradecimiento. Para la Fundación Premio Convivencia, Najat Kaanache tiene todos los ingredientes para convivir: la mezcla entre dos culturas y ser una mujer emprendedora.
Por su parte, Rontomé, como máximo representante de la Fundación Premio Convivencia, entidad que el próximo año cumplirá su veinticinco aniversario, ha destacado la trayectoria personal y profesional de la galardonada, haciendo un inciso en su forma de entender la vida. «Es un soplo de aire fresco en una sociedad donde hay quienes ven la diversidad como una amenaza. Nayat nos recuerda que la diversidad nos hace únicos. Como ella misma ha dicho “saber que no soy ni mejor ni peor que tú, somos diferentes, y eso es lo que nos hace extraordinarios”», ha manifestado el consejero de Educación y Cultura.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha reivindicado la convivencia como un «rasgo que caracteriza a nuestro pueblo», quien ha señalado la importancia de que se siguan celebrando actos de reconocimiento como este para hacer frente a situaciones como la invasión rusa en Ucrania o, incluso, aludiendo a determinados comportamientos y discursos, refiriéndose a las comparencencias de Vox en el Pleno de la Asamblea. Vivas ha señalado que no se puede hablar de convivencia «si no se cree en la democracia», al igual que «no se puede aplaudir con una sola mano».
En última instancia, la galardonada ha recibido el premio reconociendo que lo hace en «un momento en que el mundo está sufriendo un dolor incontrolable», haciendo una alegoría a la paz, hablando de ella como algo más precioso «que los diamantes, la plata o el oro». En su agradecimiento, Najat ha tenido palabras para su padre, que le enseñó «lo mejor de aceptar ser inmigrante toda tu vida, por cruzar la frontera descalzo»; a sus mujeres, «que son el futuro de una ilusión pacífica a través de la cocina»; a la Fundación Premio Convivencia «por su cariño y su gran esfuerzo por creer en mí», y, por último, a su mentora, la asociación BPW Ceuta, así como a los y las ceutíes.