El Parlamento de Dinamarca ha aprobado una ley para trasladar fuera de Europa a las personas que soliciten asilo y Reino Unido estudia hacer lo mismo. Ruanda podría ser el país elegido para deportar a quienes solo buscan poner su vida a salvo. Aunque parece el argumento de una película distópica en la que la humanidad ha perdido el rumbo, es la triste realidad…
Es un paso más en la deshumanización de las personas refugiadas, pero no es el primero,pues la externalización de las fronteras europeas a Marruecos o a Libia delega la protección de los derechos humanos a países donde no se respetan. Y es que la Europa defensora de los derechos humanos parece estar apagándose mientras se normalizan tragedias como las que se viven en el Mediterráneo o en Canarias.
Es urgente un cambio de rumbo en estas políticas migratorias y parar la ola de xenofobia que amenaza con arrasarlo todo. Están en juego nuestros valores, nuestra humanidad y, lo más importante, la vida de muchas personas migrantes.
Por eso, desde CEAR reclamamos una política migratoria justa y valiente, centrada en las personas, en los Derechos Humanos y que facilite vías legales y seguras, para que quienes tienen que huir de su hogar no tengan que jugarse la vida en el mar.