La primera mesa de la IV Edición del Congreso de Periodismo y Migraciones de Mérida, ha abordado la cobertura mediática sobre migraciones en Canarias así como ¿Quién marca la agenda de los medios? donde se ha puesto en valor el periodismo local en lugares como Canarias o Ceuta, llegado a la conclusión de que es fundamental que los y las periodistas tengan acceso a la información oficial de manera directa y sin trabas, así como el acceso a proporcionar informaciones independientes desde el terreno y con completo acceso a la realidad de la que se pretende informar
Una de las claves de las que se ha debatido durante la primera mesa de debate del congreso de periodismo y migraciones es el papel fundamental que tienen los medios de comunicación locales para informar a diario sobre el fenómeno de las migraciones, y cómo de importante es que esta información entre también en las agendas de los medios nacionales para hacerlo visible. Una información que debe ser veraz y poniendo el foco también en las causas que llevan a las personas a migra y qué pasa una vez consigue su objetivo, «la gente huye de las consecuencias de la pobreza, la gente huye de las consecuencias de la crisis sanitaria, la gente huye de las sequías…, pero poco se habla de los motivos que empujan a la gente a migrar», denunciaba Ebbaba Hameida, periodista de RTVE y premio Desalambre a la mejor crónica o reportaje 2021.
Otra de las cuestiones importantes que se han valorado es la importancia de humanizar a las personas migrantes, así como la propia figura del periodista, que debe tener acceso fácil a la información para poder trasladarla a la ciudadanía de forma veraz y sin sesgos.
Hameida explicaba que «hemos llegado a un punto en la que no solo se deshumaniza a la persona que migra, últimamente también se deshumaniza al periodista, algo que es un gravísimo error para la libertad de prensa», algo que la periodista recuerda que ocurrió en Ceuta durante la crisis migratoria del pasado mes de mayo, cuando «nadie te contestaba y donde nadie te daba información, por eso era tan importante el apoyo de los periodistas locales».
El periodismo local debe ser eje fundamental para informar sobre el hecho migratorio en lugares como Canarias o Ceuta, así lo aseguraba Natalia G. Vargas, periodista de Canarias Ahora y eldiario.es, ya que «el periodismo local es el que se queda cuando se van los focos nacionales», además detallaba cómo los periodistas locales tienen que librar dos batallas: la de dar a conocer la vulneración derechos humanos a diario y que se normaliza en lo local hasta que no llegan los medios nacionales, y la de «demostrar a tu propio periódico que la migración es importante, porque a veces me llamaban pesada por escribir otra vez sobre lo mismo«, pero es que en palabras de la periodista especializada, «no se puede normalizar ni una llegada, ni un campamento, ni mucho menos un naufragio«.
La periodista local explicaba que «uno de los principales riesgos es trabajar en un territorio tan pequeño que los periodistas y políticos se conocen mucho y esto supone mucho riesgo, porque se hacen propios los discursos de los políticos sin cuestionarlos, algo que es muy peligroso para una población como la Canaria que es altamente empobrecida y con riesgo de exclusión».
Impedimentos de acceso al terreno y a los datos
Hameida y G. Vargas han coincidido en denunciar las dificultades a las que se enfrentan los y las periodistas que trabajan sobre el terreno en puntos calientes de llegada de personas migrantes, como pueden ser Canarias o Ceuta, con la limitación de acceso de los fotoperiodistas y medios gráficos a cubrir las noticias, algo que como han recordado, ya denunció Reporteros Sin fronteras sobre las dificultades de informar en la Frontera Sur de Europa, «el que no se permita a los medios acceder a la información e informar desde cerca, es una amenaza para la libertad de prensa», insistía la periodista de RTVE, Ebbaba Hameida.
Sin embargo, ambas periodistas han reconocido que una vez pasa el momento de «crisis», es «mas fácil» acceder a los datos, «y esto ayuda a que la población esté más tranquila», ya que se desmontan los discursos de odio y las noticias falsas que se distribuyen rápidamente entre la ciudadanía.
Sobre la posibilidad de conocer las historias individuales de estas personas que migran, las periodistas también han denunciado que muchas vez son «las propias organizaciones que trabajan con ellas en los recursos habilitados quienes les decían a las personas si podían hablar o no con los medios de comunicación».
G. Vargas recuerda que se mostró en exceso la cara racista de Canarias, algo de lo que «las autoridades tienen buena responsabilidad en los brotes racistas, porque no te dan información para desmontar el vídeo que sale en twitter», Por su parte, Hameida se pregunta «¿cómo vamos a poder mostrar cómo viven estas personas si no se puede entrar?, así es más fácil que calen los mensajes racistas y que no se puedan desmontar».
Las periodistas recuerdan que «no podemos hacer información en base a esas historias«, pero que «cada historia tiene un valor, no nos podemos olvidar de las historias que hay detrás». Hameida segura que «el tema migratorio se debe abordar poniendo en el centro la vida de las personas que migran«.
Niños, niñas y jóvenes que migran solos
También se ha abordado cómo informar sobre las historias y las realidades de los niños, niñas y jóvenes que migran solos y en cómo conjugar la necesidad de trasladar la información de esos menores y su privacidad, ampliamente regulada por la legislación. «¿Tenemos derecho a exponer un menor de 14 años?», preguntaba el moderador de la mesa, a lo que Hameida ha argumentado que «¿Cómo vamos a contar un problema que concierne a los menores y pixelarles la cara?, es un poco complicado, creo que habrá que llegar a un acuerdo, y que tendemos que poner en la balanza. El contar su problemática y humanizarles es muy importante, soy partidaria de que se cuenten sus historias, y probablemente en el futuro tengamos que disculparnos y decirles «yo te hice esa foto»; pero estoy a favor de que se les humanice, se puede encontrar un equilibrio».