La concesión del servicio de recogida y traslado de desechos animales ha sido recientemente adjudicada a la UTE formada por Servihogar-Llopis. Esta empresa ha logrado superar a Athisa, la anterior concesionaria, por un estrecho margen en la valoración de la oferta económica y otros criterios.
El proceso de licitación fue altamente competitivo, con varias empresas presentando sus propuestas para hacerse cargo de este importante servicio. La oferta de Servihogar-Llopis destacó no solo por su competitividad económica, sino también por su enfoque innovador hacia la sostenibilidad y la eficiencia operativa.
La importancia de una gestión adecuada de los desechos animales radica en su impacto directo en la salud pública y el medio ambiente. Los desechos animales, si no se manejan correctamente, pueden convertirse en focos de enfermedades y contaminación. Por ello, la elección de una empresa capaz de gestionar estos residuos de manera efectiva es crucial.
Servihogar-Llopis ha propuesto un plan que incluye el uso de tecnologías avanzadas para optimizar el proceso de recogida y transporte. Además, se compromete a reducir las emisiones durante el traslado y la incineración, alineándose con las normativas medioambientales más estrictas.
Por otro lado, Athisa, que había gestionado el servicio hasta ahora, ha expresado su decepción por no haber sido seleccionada. Sin embargo, ha reconocido la calidad de la propuesta ganadora y ha asegurado que continuará mejorando sus servicios para futuras licitaciones.
El contrato adjudicado a Servihogar-Llopis tiene una duración inicial de cinco años, con la posibilidad de renovación si se cumplen los objetivos establecidos. Durante este periodo, se espera que la empresa implemente mejoras continuas en el proceso de gestión de desechos, contribuyendo así a un entorno más limpio y seguro.
En conclusión, la adjudicación de esta concesión representa un paso adelante en la gestión de desechos animales, con un enfoque renovado en la eficiencia y la sostenibilidad. Servihogar-Llopis tiene ahora la responsabilidad de demostrar que su propuesta puede traducirse en beneficios tangibles para la comunidad y el medio ambiente.