El Covid-19 ha evidenciado el carácter esencial de la sanidad pública pero también ha mostrado dramáticas carencias en las residencias y en políticas que faciliten la corresponsabilidad
La crisis de la Covid-19 ha puesto de relieve fortalezas y debilidades en la estructura social. En lo que se ha venido a llamar “desescalada” o “nueva normalidad” parece fundamental reflexionar sobre lo aprendido y realizar aportes para dar respuesta a una crisis que, según todo apunta, se quedará un tiempo más. En ese horizonte aparecen las Nueve propuestas feministas ante la Covid-19 realizadas desde la Plataforma Impacto de Género Ya, una Plataforma feminista creada en 2008 que, entre otros, elabora cada año el Manifiesto sobre el Proyecto de Ley de Presupuestos del Estado.
Impacto de Género Ya considera que la crisis de la Covid-19 ha evidenciado el “carácter esencial de la sanidad pública y la necesidad de contratar más personal en ella y de cuidarles”. Pero también ha mostrado las “dramáticas carencias, por los recortes y privatizaciones, en otros servicios esenciales, como las residencias de mayores”.
Además, el confinamiento en casa ha aumentado el riesgo para muchas mujeres de que la desigualdad se transforme en violencia de género, y millones de niñas y niños que antes iban a centros educativos y decenas de miles de personas mayores o con diversidad funcional que iban a centros de día, “han vuelto al cuidado doméstico no remunerado, mayoritariamente asumido por las mujeres de la familia, lo que amenaza con agravar la desigualdad entre mujeres y hombres».
Con estas experiencias, las organizaciones que conforman la plataforma, han elaborado un manifiesto con análisis y propuestas pormenorizadas, que sintetizan en estas nueve medidas:
- La creación, de aquí a 2030, de un millón de empleos en servicios públicos de salud, educación y cuidado de personas en situación de dependencia.
- Visibilizar y en su caso corregir el impacto diferenciado en mujeres y hombres de las medidas anti crisis. Como el teletrabajo y la reducción de jornada con reducción de sueldo. Extender el subsidio de desempleo para Empleadas de Hogar.
- Incluir a las mujeres como objeto y sujeto de una respuesta social y política de solidaridad ante la Covid, en la necesaria cooperación entre administraciones, entre partidos políticos, con la sociedad civil y el movimiento feminista.
- Reducir a 35 horas la jornada laboral general y repartir el empleo.
- Crear o convertir a empleo público 1.800 puestos de profesionales de los servicios contra la discriminación y la violencia de género, para que funcionen realmente como servicios esenciales.
- Configurar como esenciales y suficientes las redes de atención a la Dependencia y de Servicios Sociales.
- Que el Ingreso Mínimo Vital llegue sin dilaciones ni exclusiones a las personas sin medios de subsistencia.
- Cambiar nuestro sistema de producción y consumo, porque la pandemia del COVID19 está relacionada con la pérdida de biodiversidad y anticipa lo que puede ser una emergencia medioambiental.
- Destinar recursos a Investigación y Desarrollo y mejorar su ejecución, así como las condiciones laborales del personal de investigación para dejar de perder talento.
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