Según La Vanguardia un grupo de 101 migrantes, cien senegaleses y un guineano, partió el 10 de julio de Senegal, rumbo a España, pero el cayuco acabó naufragando en la costa de Cabo Verde. Al menos seis personas murieron y otras 56 se encuentran desaparecidas, aunque la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) presume también fallecidas. De esa manera, el «número estimado de muertos» ascendería a 63, calcula la portavoz de la institución para el Cuerno de África, Yvonne Ndege.
Helena Maleno ha denunciado en Twitter «la terrible la muerte de noventa y dos personas en un cayuco que salió desde Senegal el diez de julio con destino a Canarias. Los treinta y ocho supervivientes fueron rescatados por las autoridades de Cabo Verde», unas cifras que distan mucho de las oficiales.
«La ministra de Sanidad de Cabo Verde recuerda: «La responsabilidad de todas las naciones para no perder más vidas en el mar, el dolor de las familias, el entierro de los muertos y la necesidad de una acogida digna a los que sobreviven», ha dicho Maleno.
Maleno ha apuntado que «para los Estados que han hecho del control migratorio un gran negocio hay vidas que no importan. Si las búsquedas fueran eficientes estarían vivas, si fuesen blancas estarían vivas».