El Colegio de Psicología de Ceuta se ha hecho del artículo «Qué es la fatiga pandémica y cómo afrontarla: recomendaciones de la OMS”, publicado por el Consejo General de la Psicología. En el mismo, la OMS elabora una serie de recomendaciones para mitigar los efectos de esta «fatiga pandémica», que, según advierte, «plantea una seria amenaza a los esfuerzos nacionales e internacionales para controlar la propagación del virus»
El Colegio de Psicología de Ceuta ha querido hacerse eco de las recomendaciones y principios transversales que ha enumerado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que ha recogido el Consejo General de la Psicología (CGP), en el artículo «Qué es la fatiga pandémica y cómo afrontarla: recomendaciones de la OMS«, publicado en su revista INFOCOP.
Pero, ¿Qué es la fatiga pandémica? Según el artículo del CGP, Los Estados Miembros están comunicando indicios de fatiga pandémica en sus poblaciones, entendida como la desmotivación de la población para cumplir con los comportamientos protectores y las medidas de seguridad recomendadas. Un informe elaborado por la Región Europea de la OMS señala que «la fatiga pandémica, aunque es una reacción natural y esperada tras largos meses bajo restricciones, plantea una seria amenaza a los esfuerzos nacionales e internacionales para controlar la propagación del virus«.
Es por ello que la OMS ha querido enumerar una serie de recomendaciones y principios trasversales que sirvan de marco a la hora de planificar estrategias nacionales y locales para evitar que este hartazgo cause mella en la población o, en su defecto, mitigar su impacto lo máximo posible. En este sentido, las recomendaciones de la OMS tienen su punto de partida en «diferentes encuestas poblacionales sobre actitudes y conductas realizadas en Europa en el marco de la COVID-19, así como en la revisión de la bibliografía existente sobre la capacidad de recuperación, el establecimiento de la confianza de la población sobre las medidas adoptadas, la percepción del riesgo, la comunicación y otros tópicos propios del campo de la psicología».
De este modo, la OMS señala cuatro estrategias fundamentales:
- Partir del punto de vista del público y tratar de comprender a la población, lo que implica recoger encuestas para la formulación de políticas, intervenciones y comunicaciones específicas, que sean adaptadas a las necesidades de cada grupo y eficaces.
- Permitir que las personas vivan sus vidas, pero reducir el riesgo. En este sentido, el texto señala que las restricciones de amplio alcance, que se mantienen en el tiempo, dejar de ser factibles a largo plazo y por tanto, no permiten alcanzar los objetivos.
- Involucrar a la gente como parte de la solución. Buscar mecanismos de cooperación con todos los grupos y comunidades afectadas para que participen en la toma de decisiones sobre sus vidas.
- Reconocer y abordar las dificultades que experimentan las personas y el profundo impacto que la pandemia está teniendo en sus vidas.
Asimismo, el documento establece cinco principios transversales para «elaborar cualquier iniciativa, política o comunicación que tenga como objetivo mantener y revitalizar el apoyo del público a los comportamientos de protección frente a la COVID-19»:
- Ser transparente en la comunicación, compartiendo las razones que hay detrás de las restricciones y cualquier cambio que se haga en ellas, y reconociendo los límites de la ciencia y el gobierno.
- Esforzarse por lograr el mayor nivel posible de justicia en las recomendaciones y restricciones.
- Ser lo más coherente posible en los mensajes y acciones, y evitar medidas contradictorias.
- Coordinarse para evitar mensajes contradictorios entre los expertos y los portavoces.
- Esforzarse por lograr la previsibilidad en circunstancias impredecibles, por ejemplo, utilizando criterios objetivos para las restricciones y cualquier cambio que se haga en ellas