El pasado 8 de Marzo Día Internacional de la Mujer centenares de mujeres en Ceuta salieron a la calle en la concentración convocada por la Plataforma Feminista y apoyada por diversas entidades sociales. Fue emocionante comprobar que la respuesta de las mujeres de Ceuta desbordó las estimaciones de una Plataforma que viene realizando un trabajo intenso, duro, desinteresado y altruista, aunque algunos mensajes cansinos y repetitivos clamen lo contrario.
La cadena de mujeres que unidas se daban la mano simbolizó la solidaridad, dignidad y valentía de quienes pensamos que quedan muchos obstáculos por derribar en esta sociedad que pese a los avances, todavía no es igualitaria: la brecha salarial, la mayor precariedad en el empleo, las tareas de la casa, y el cuidado de personas menores y dependientes siguen recayendo de manera abrumadora y mayoritaria sobre mujeres. También son las mujeres y no los hombres las víctimas de una violencia machista que denigra, lesiona y mata. Negar esto es un insulto a la realidad y a la inteligencia de una sociedad que apoyó multitudinariamente las concentraciones en distintos puntos del país.
Sin embargo el feminismo siempre va a ser criticado. Por mucho que se haga pedagogía o se explique sus fines, es un movimiento que solo mencionarlo molesta. El feminismo cuestiona el orden establecido en la sociedad y como dice Nuria Valera cuestiona la moral, las costumbres y sobre todo el poder, al poner en evidencia los ejercicios ilegítimos de poder y los privilegios machistas que han situado a la mujer al margen en la toma de decisiones en todos los ámbitos.
Por ello las mujeres tenemos que seguir unidas en una lucha que nos concierne a nosotras, a nuestras hijas, madres y hermanas en un compromiso en primera persona para la mejora de nuestra sociedad, y sobre todo de nuestras vidas.