“No dejes que la verdad te estropee un buen titular”, es una frase que se atribuye, entre otros, al húngaro Joseph Pulitzer. Podríamos decir sin temor a equivocarnos, que la versión ideológica de esa periodística frase representa inexorablemente al PSOE. Algo así como “no dejes que la ideología te haga perder una buena silla”. Y es que la ausencia de ideología en el PSOE se ha convertido en un axioma, y calentar sillas a cambio de sustanciosas prebendas se ha convertido en su alma mater. No es ningún secreto que el PSOE tiene un problema con la democracia, constituyendo PSOE y democracia un verdadero oxímoron, y no ahondaré mucho en sus históricas y constantes contradicciones porque necesitaría un libro y no un artículo, pero no está de más recordar algunos hechos que confirman que PSOE y Ceuta son incompatibles.
Ya los comienzos de Ceuta como ciudad autónoma vienen siendo producto de los desvaríos de, entre otros, precisamente, un ceutí al que Ceuta le parecía más un problema que una solución. Manuel Chaves, el capo di capi (hoy impudado di imputadi) de la mafia socialista andaluza, al que su condición de ceutí no le pudo más que su condición de socialista para promover la exclusión de Ceuta y Melilla como ajenas a la comunidad andaluza, lo que, a la larga (y no había que ser ningún lumbreras para saber que eso iba a pasar), derivaría en una situación de indefensión de facto de las ciudades autónomas ante un gobierno siempre hostil como es el de Marruecos que ya casi ha hecho suyas estas ciudades. Hablar de los intereses de Chaves y gran parte de su familia, en Marruecos, ocuparía mucho más (hasta Viajes Calin en su página “descubre Marruecos” ponía una foto suya como propietario de propiedades no declaradas para promover su venta).
En la mesa pusieron públicamente, incluso, en boca de Pablo Castellanos, intercambiar Ceuta por el Sahara, siendo Ceuta ciudad hispana desde antes que plazas de la importancia de Málaga, Almería, o Granada. O propuestas como las de Máximo Cajal, que (y así lo plasma en su libro “Ceuta y Melilla, Olivenza y Gibraltar. ¿Dónde acaba España?”) plantean directamente la cesión incondicional de las ciudades autónomas a Marruecos. Y, cuando tuvieron la ocasión, hicieron honor a su fama. Compraron estómagos agradecidos a base de repartir carnets de identidad a marroquíes, cosa que tampoco hay que ser ningún lumbreras para saber que fue el principio de la caída en picado de la ciudad, y que de hecho no ayudarían sino a crear más luchas sociales y más desigualdad, cosa que sabían pero que es la sustancia que nutre su causa. La lucha de clases, una vez creada la clase media, la lucha de sexos, las luchas étnicas… en momentos así resuena en mi cabeza a ese Zapatero diciéndole a Gabilondo sin micros “nos conviene que haya tensión”. Y, hablando de Zapatero, del que es heredero directo el PSOE actual de Ceuta, tampoco hay que olvidar su pose ante aquel mapa de Marruecos que incluía a Ceuta, Melilla y Canarias como sus propias posesiones, constituyendo una falta de respeto intolerable ante la soberanía nacional, y, ya si hablamos de soberanía nacional, aquel silencio incomprensible cuando se le preguntó directamente sobre una soberanía compartida y volvió a espantar moscas con las orejas (recordemos que el PSOE de Ceuta lo defendió en boca de Antonia Palomo). Moratinos directamente entregó Ceuta afirmando que Ceuta era una ciudad marroquí e incluso defendió al gobierno marroquí en el planteamiento de su queja formal por la visita de nuestro Rey. Visita con la que se manifestaron disconformes. Lo que no sabemos tampoco es si el PSOE Ceuta planteará poner también una foto del mapa almohade en la asamblea si gobierna, como la que le pusieron a Zapatero y al cual parecía encantarle.
Y no puedo sino recordar con una mezcla de estupor, vergüenza ajena y cierto aire de comicidad ese cruce a lo pimpinela entre la misándrica hasta la médula López Cantero, y el soporífero Manuel Hernández, hace poco más de un año, donde la señora López se refería al señor Hernández como “más dueño de la venganza que de la construcción, más dueño de la avaricia, que del sentido común. Confunde lealtad con sumisión y anulación. Manuel Hernández es el vivo ejemplo de cómo las personas manchan las siglas”. A lo que el señor Hernandez respondía que “sólo busca sustentar su ego con una maniobra desesperada por ganar las primarias en Ceuta”.
En definitiva, y no solo por las “cocinas” ridículas que hacen de las encuestas, y no solo porque a los diez minutos de comenzar la campaña ya aparecían carteles del PSOE encima de los carteles de VOX, y carteles de VOX en la basura (muy demócratas…), y por la paradójica y osmótica alianza BILDU-CUP-PSOE, y, parafraseando al poeta James Withcomb Riley con su «cuando veo un pájaro que anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo llamo pato”, no me hace falta ver ningún cartel colgado de sus cuellos para entender que el PSOE tiene un problema con la democracia, y que para el PSOE, Ceuta siempre ha sido y siempre será una mera y molesta moneda de cambio.