Hace dos años justos, la Organización Mundial de la Salud advertía en este sentido. “La próxima epidemia mundial será algo nunca visto, una enfermedad que todavía no existe”.
Era ciencia ficción, el presagio de algo que entonces, hace dos años, ya se sabía, o es qué algunos de esos científicos son videntes.
Hay quien apunta que nada es casual, y menos si se nos advierte dos años antes por una organización tan poderosa y prestigiosa como la OMS, y los hay que por ello dicen que hemos sido víctimas de un atentado biológico contra la humanidad.
La OMS advertía de cuatro posibles escenarios que podrían precipitar la aparición de esa desconocida pero monstruosa enfermedad que ahora llamamos coronavirus.
El primer escenario era: una mutación biológica de un virus conocido, como el del SIDA o de la gripe.
El segundo escenario era un ataque bioterrorista. El virus X sería el resultado de una fabricación perversa destinada a conseguir un máximo de víctimas.
El tercer escenario era un accidente en la manipulación. Pues centros especializados de Estados Unidos habían enviado muestras activas de ántrax a varios laboratorios e incluso un investigador se llevó muestras del coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) en su equipaje de mano. E incluso la OMS decía que ese escenario no era tan descabellado.
Increíble pero cierto, hace ya dos años nos advirtieron que un coronavirus mutante nos iba a afectar y que iba a causar más muertes que otra nueva enfermedad.
Y por si esto fuera una coincidencia, la OMS nos prevenía de una cuarta posibilidad; ante la intensidad de las relaciones entre animales y humanos, potencialmente capaces de provocar episodios sanitarios graves.
Era la primera vez que la OMS incluía, en ese momento, una enfermedad inexistente en la lista de enfermedades que podían causar un amplio daño internacional.
La Guardia Civil es el Cuerpo de Policía más especializado en la prevención de estas amenazas biológicas, de hecho tiene una unidad especializada denominada NBQ, para prevenir y luchar contra las amenazas nucleares, biológicas y químicas.
¿Qué han podido investigar desde la Guardia Civil o desde los Ejércitos para dar una explicación, a esta ya anunciada enfermedad del CORONAVIRUS-19?, pues poco les podemos decir desde esta redacción, pero una cosa es bien clara, que no se le ha dado desde ese tiempo atrás demasiada importancia, cuando ni los hospitales estaban preparados para hacer frente a este contingente de enfermos.
Las amenazas terroristas no solo vienen de fundamentalistas, o grupos que hacen uso de explosivos sino, ejemplos no han faltado aunque de menos intensidad, de amenazas biológicas que son las que con más facilidad y más extensamente se propagan, porque lo hacen de cuerpo a cuerpo, como una onda expansiva que no tiene límite, y crece y crece. Un súnami biológico.
Desde Independientes de la Guardia Civil (IGC), no podemos sino que apuntar que lo necesario es investigar, incluso a los investigadores o científicos que experimentan aun en beneficio de la humanidad, para que sus proyectos o ensayos no terminen saliendo al exterior y con ello se conviertan en un arma biológica por negligencia o accidente, pero también porque en manos peligrosas se convierta en un potencial riesgo terrorista, o puedan utilizarse como un mecanismo económico o de reducción de la población que, eso no es película sino realidad.
El ámbito geográfico español, incluso europeo, se nos queda pequeño por lo que la unidad de investigación de esas potenciales amenazas debería ser internacional, un INTERPOL contra las amenazas terroristas radiactivas, biológicas o químicas.
Un organismo Interpol que integre también a Europol, y a las policías de los Estados.
Tal vez se piense que sería derrochar personal, tiempo o esfuerzos, o matar moscas a cañonazos, pero es que las amenazas, cuando se convierten en una realidad, si pudieran combatirse a tiempo, amortizan cualquier inversión económica y en personal.
No es baladí el asunto, y el mundo tal cual está aconteciendo, en el que unos países se lanzan a la carrera de investigarlo y hacerlo todo, antes que el otro, pues ello es ejercicio de poder ante los demás, nos va a dar más de un susto, eso sino nos va a cambiar la vida en todo y para siempre, pues en estas fechas es tal el grado de depresión que, le hemos visto los dientes al lobo, y es por eso que empezamos a valorar lo que por tenerlo de siempre, no siempre lo tendremos si no hacemos por ello.
REDACCIÓN
Revista Suboficiales de IGC