¿Por qué casi todos los partidos políticos y en especial el PP apoyará la mayoría de los temas tratados en la comisión de reconstrucción?
¿Por altruismo? ¡No!
¿Por el bien común? ¡No!
¿Por sentido de Estado? ¡No!
¿Por ser dialogantes? ¡No!
¿Por ser inteligentes? ¡No!
¿Por…? ¡Sí!, efectivamente por….
Y ese “por” es porque hay un gran número de autonomías gobernadas por el PP, apoyadas por Vox (luego hablaré de este … grupo de “amiguetes” que han venido a la política a seguir haciendo lo que hacían en su vida diaria, importándoles tan sólo ellos y ellas mismas, por muchas banderas de España que exhiban o incluso se quieran tatuar si les place), que necesitan los recursos económicos que llegados de Europa a España deriven hacia ellas.
¿Cómo no va a votar positivamente el PP a mejoras y más recursos en Sanidad? Necesitan dinero para hacer como que les importa la sanidad pública a ver si la gente se olvida de que la han desmantelado para entregarla a manos de “amiguetes” varios. El PP ahora … ¡ahora! recobra el sentido de Estado y descubre la importancia de la responsabilidad que tiene su representatividad política, y descubre también que España, los y las españolas sin unidad no somos nadie. Esa unidad que han roto, rompen y romperán en Europa para sabotear la acción del Gobierno español poniéndole todas las dificultades posibles para la concesión de las ayudas comunitarias. Tanto en cuantía como en capacidad de gestión.
Curioso, por no emplear otro calificativo que dejo a la iniciativa de los lectores, que el Partido Popular vincule el posible mal uso de las ayudas a la gestión del Gobierno, cuando es un partido calificado judicialmente como una “organización criminal” con dirigentes vinculados a escándalos de corrupción y mal uso del dinero público. Solicitan controles severos y ayudas sometidas a una estricta condicionalidad. Me viene a la memoria el profético despropósito verbal del señor Rajoy: “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político”. ¡Y pensar qué nadie llegó a entender a este gran estadista con aromas de Nostradamus! Vale, lo suyo no es una cuarteta, pero si es un mensaje premonitorio apocalíptico. ¡Analicémoslo! Debemos comenzar por el final:
“mejor para mí el suyo beneficio político” se está refiriendo claramente a que quien le sustituya será tan mal político que lo hará grande a él, dentro de su propio partido, pudiendo pasar a ser el mejor estadista que ha tenido jamás el PP. ¡Pues mira, de momento, se está cumpliendo! Y sin dudas en un futuro también lo hará. Casado está haciendo inconmensurable la figura de Rajoy dentro del PP. Así es Casado, ¡siempre pensando en el bien de los demás!
“y cuanto peor para todos mejor”, aquí el iluminado político hacía alusión indudablemente a que cuanto peor le vaya al pueblo español, cuanto más sometido esté y mayor sea el grado de dependencia de los trabajadores a sus señoritos y señoritas, mejor para el PP. Y esto es lo que está intentando conseguir Casado a través de sus eurodiputados con la ilustrada Dolors Montserrat a la cabeza. Alineándose con Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca, que por lo general tan buen concepto tienen de los españoles y los europeos del sur en general. Entiendan que esta última frase es ironía.
“Cuanto peor mejor para todos” llegamos al principio, este comienzo de enunciado se debe circunscribir en el entorno del Partido Popular y su ideario político, social y económico. Si a la gente de España le va fatal, ellos pueden recuperar su ideario de caridad a cambio de sumisión en lugar de defender un derecho constitucional como es el derecho al trabajo. Pero no un trabajo de cualquier forma, la Constitución Española no defiende el derecho a la esclavitud económica (recordemos como actúo el PP en la crisis del 2008 y como hubiese actuado en ésta, Casado no deja de poner como ejemplo de gestión lo realizado por Ayuso en la Comunidad de Madrid, ahí tienen no una pista, sino una realidad de lo que hubiesen hecho de estar gobernando “Cuanto peor mejor para todos”). En concreto el artículo 35 de la CE dice:
“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.
La inmensa totalidad, por no decir la totalidad al completo, de los y las trabajadoras españolas sabemos que este artículo está lejos de cumplirse, pero que cuando gobierna el PP se incumple, retuerce y niega constantemente.
En definitiva, el ínclito señor Rajoy nos envió un mensaje críptico que venía a decir, “cuidadito con Casado, que quiere ser Aznar y no tiene capacidad ni para ser Hernández Mancha” (indicando que no me refiero a temas personales sino de gestión, formación y liderazgo político).
Por eso el PP ahora… ahora exhibe cierta capacidad de diálogo y se suma a propuestas de reconstrucción. Necesitan reconstruir sus comunidades y dinerito, el mismo que intentan que no llegue desde Europa, para sus gobiernos. Miren que pronto se desmarcan en Educación porque no les llegan recursos económicos a la privada y concertada. ¿Cuántos alumnos o alumnas de la concertada o privada han tenido problemas con la brecha digital durante esta pandemia? Aquí me van a permitir un inciso, brecha digital.
¿Qué es la brecha digital? En internet encontrarán infinidad de definiciones parecidas en contenido y sentido a la que expongo a continuación: “cualquier distribución desigual en el acceso, en el uso, o en el impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación entre grupos sociales. Estos grupos pueden definirse con base en criterios de género, geográficos o geopolíticos, culturales, o de otro tipo”. Nos quedamos con el final “… de otro tipo”. La brecha digital no es más que un eufemismo para hablar de desigualdad, en especial, económica.
Y ahora voy con Vox, lo he definido al principio del artículo y cuanto antes se dé cuenta la sociedad antes podrán entender a éstos señores y señoras. Barren para casa, su casa, una y otra vez. De manera materialista y con ideologías segregacionistas. No piensan en nada más que en ellos. Tienen una especie de síndrome del emperador personal y colectiva. Otras formaciones políticas de índole nacionalista o localista que se quieren desentender de estos acuerdos se definen. Pero claro, se definen de dos formas con respecto al Estado español y con respecto a sus votantes. O sea que en definitiva su rechazo al Estado español los refuerza con los “suyos”. Y aquí está el problema y, a mi juicio, el más grave de los problemas de nuestro país, no entender que no es “lo mío”, “lo tuyo” o “lo suyo”, es “lo nuestro”. Quien no entienda esto de manera pragmática o por valores, o no entiende nada o busca el mal común. Vox es el más claro ejemplo de lo expuesto y el PP su alumno más aventajado (miremos su actuación durante el estado de alarma y sus actuales movimientos en Europa), los nacionalistas llevan décadas actuando de la misma manera y aún no hemos conseguido que entiendan que la unidad desde el respeto y proyección de la diversidad es el principal valor de nuestro país.
Por cierto, señor Casado, tampoco pasaré por alto que se la juegan en las elecciones vascas y gallegas. Sobre todo, en las segundas. Y no creo que quiera enfadar al señor Feijoo, a ver si no consigue mayoría absoluta y comienza a mirar a la calle de Génova.