Las relaciones entre todos los grupos humanos y el intercambio cultural es algo que nos enriquece a todos. Otro de los méritos de nuestra Constitución ha sido eliminar las barreras que nos impedían conocernos mejor y aprovechar las ventajas culturales, sociales y económicas que se producen fruto de la convivencia. Afortunadamente, el trabajo ingente de algunos ciudadanos y ciudadanas gitanas, la colaboración decidida de las Instituciones, especialmente las relacionadas con el ámbito educativo y los servicios sociales, han sido decisivas para lograr avances importantes relacionados con el pueblo gitano.
A nivel educativo, el primer Gobierno del presidente Felipe González puso en funcionamiento el programa de Educación Compensatoria, que en muchos pueblos y ciudades de España significó un cambio fundamental para la integración educativa y social de un gran número de niños y familias gitanas. Fue una apuesta decidida con un plan serio, riguroso y efectivo, donde se consignaron medios económicos y recursos humanos para cumplir con los objetivos que a nivel de la Unión Europea, nuestra Constitución y el cambio educativo y social propugnado por el entonces ministro de Educación, José María Maravall se difundió por toda España.
Nos alegramos de los avances que en todas las ciudades, incluida Ceuta, ha experimentado el pueblo gitano. En primer lugar, poner de relieve que sin el esfuerzo, interés, la ilusión y la buena disposición de las ciudadanas y ciudadanos gitanos, así como de la Asistencia Social, maestros, maestras y profesorado no hubiera sido posible. Nos alegramos de conocer mucho más algunos de los importantes valores de este pueblo. Además de su capacidad de adaptación, la demostración de los importantes lazos de solidaridad y convivencia entre las familias gitanas es algo que nos enseña a todos. Presumen y con razón de velar siempre por el bienestar y las buenas condiciones de sus mayores. Es sorprendente cómo, a nivel laboral, cada vez es más numeroso el nivel de capacitación y de preparación en todas las profesiones sin excepción. El número de diplomaturas y licenciaturas han dejado de ser excepcionales. Nos congratulamos de los avances conseguidos y nos alegramos de poder seguir caminando juntos.