A lo largo de los veintitrés años en que Jorge García ha desarrollado la labor de director, hasta el pasado 30 de junio, en el Colegio Público Pablo Ruiz Picasso, en Benzú, resulta imposible disociar nuestras visitas sindicales de su imagen dando clases a sus alumnos y alumnas, trabajando incansable en su despacho siempre abierto, haciendo malabares para que el servicio de comedor escolar no sufriera menoscabo alguno, o departiendo de igual a igual con los docentes durante el desayuno, entrañable escena que resumía a la perfección la familia en que logró convertir a su centro.
No resulta extraño, por tanto, que la comunidad educativa del Ruiz Picasso (maestros, familias y personal laboral y del Convenio MEyFP-Ayuntamiento), pero también los docentes y equipos directivos de no pocos centros de la ciudad, no hayan dado crédito al cese hace tan solo unos días de este gran profesional, de este educador que lo ha dado todo por su colegio, por su comedor, por sus compañeros y compañeras durante más de dos décadas, convirtiendo al centro más pequeño y particular de Ceuta en una auténtica comunidad educativa.
Y es que la LOMCE, esa LOMCE que desde siempre combatió el Sector Enseñanza de FeSP-UGT, trajo todo esto, una legislación demente que acabó con la democratización de los centros, en la que prima la nota de la Administración, por encima del reconocimiento del trabajo bien hecho por parte de la Comunidad educativa. Es lo que le ha pasado a Jorge García, en la defensa de su proyecto de dirección de cara a su próxima reelección. No bastó con la nota de sobresaliente que, en la comisión de evaluación, otorgaron el maestro que representaba al Claustro y la representante del Consejo Escolar: la LOMCE tiene atado y bien atado el hecho de que la Administración es el caballo de Troya en la vida democrática y autónoma de los centros, y fue la baja nota que sus representantes otorgaron la que dio al traste con su continuidad como director.
El hecho de que Jorge García «suspenda» su proyecto, nos da la idea del auténtico despropósito del actual sistema de selección, echando por tierra la evidencia de la extraordinaria labor profesional y humana que, sin duda, ha llevado a cabo hasta el último día como director -que no como frío gestor, al frente del Ruiz Picasso.
El Sector Enseñanza de FeSP-UGT se suma a la incomprensión y estupefacción que ha causado en la comunidad educativa de nuestra ciudad este -para más inri- publicitado suspenso que pone punto y final a la dedicación del que, sin duda, ha sido un gran, ejemplar e inolvidable director.