Desde que rara vez las legislaturas agotan los cuatro años, las y los politólogos vivimos en un dinamismo electoralista que al contrario que a la sociedad, no nos genera tedio. Leemos programas electorales, comparamos propuestas de campañas anteriores para dilucidar cambios estructurales o políticas continuistas.
Durante este mes, empezando por el día de hoy, nos vamos a despertar con encuestas sobre la intención del voto, con entrevistas en ambientes discernidos de líderes políticos, con debates jadeantes sobre política económica y corrupción política; y con sondeos sobre quién es más demagogo y populista. En las tertulias parroquianas hablaremos y nos hablaran sobre la reforma constitucional, la cuestión territorial, la monarquía, la Ley d’Hondt, la diferencia entre voto en blanco o voto nulo… y dejémonos sorprender ¡mismos debates que en diciembre de 2015 y junio de 2016! Sí, es cierto que ahora tenemos la “derecha fragmentada”. Sí, que ahora tenemos a Vox. Sí, que ahora Unidas Podemos ya no es Unidos Podemos y no hay amenaza de sorpasso… pero estructuralmente seguimos en los mismos debates ideológicos y moralistas. ¿Voto útil si o voto útil no?
Si bien hay un tema más politizado que en campañas electorales anteriores, éste es la migración. La amenaza de una campaña electoral orientada a las fakes news con bulos sobre la inmigración planea sobre las redes sociales; ejemplos como las campañas de Trump en 2016, Brexit 2016 o Bolsonaro en 2018, son baluarte del uso de bulos migratorios para fabricar votos.
Atendamos a las consignas electorales de los principales partidos políticos, mientras que Vox y Partido Popular marcan un discurso abiertamente anti-inmigración, recordemos que Vox esta centrando su campaña en los distritos madrileños con alta población migrante para despertar un discurso xenófobo. Atentar contra la cohesión social y la inclusión social es, además de peligroso para la sociedad española, populismo de la peor calaña.
Por su parte, Unidas Podemos y Ciudadanos nadan en aguas volátiles en su discurso migratorio; y el PSOE… partido que colocó las concertinas con Zapatero de Presidente del Gobierno, y promulgó que las iba a retirar con Pedro Sánchez, no solamente ha incumplido sus promesa, sino que se esta construyendo una tercera valla en la frontera hispano-marroquí; y se lleva meses deliberando la ubicación en la que abrir una nueva cárcel para personas migrantes en Andalucía, que finalmente será en Algeciras. La incoherencia verbal y fáctica del PSOE en la gestión de la migración es irritable e insultante para la sociedad española.
El peso de la política migratoria dictada desde Bruselas, la ausencia de un Ministro de Exterior coherente en política migratoria, y principalmente, el factor de que las personas en los márgenes, como son las personas en tránsito migrante, no voten en las elecciones generales ni produzcan votos al mismo ritmo que la xenofobia, estimula que sea más fácil poner concertinas que quitarlas. Por este motivo, yo no te voy a votar Pedro.