Hoy se celebra el “Día Mundial de la Educación Ambiental” cuyo origen se concreta en el Seminario Internacional de Educación Ambiental celebrado en Belgrado en 1975, donde se establecieron los principios de la educación ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas. Aunque hay que remontarse a junio de 1969, cuando se formuló la primera definición académica del concepto, en el primer número de la revista Environmental Education. Desde la cumbre de Naciones Unidas de Estocolmo en 1972, las entonces Comunidades Europeas tomaron con determinación este compromiso, que nuestra Constitución recogió en su artículo 45.
Como ya definió Stapp, el nuevo enfoque está diseñado para llegar a todas las edades, dirigido a la producción de una ciudadanía que tenga conocimiento sobre el medioambiente y sus problemas asociados, consciente de como ayudar a resolverlos, y motivada para trabajar en su solución. Los objetivos incluyen un claro entendimiento de que el ser humano es parte inseparable de su entorno, y debe comprender su responsabilidad y la de sus gobiernos. Hoy sabemos que no es un concepto estático y aumenta en su complejidad.
Actualmente, la preocupación por el medio ambiente ha entrado con fuerza en la agenda política e institucional. Hoy se concibe como un valor ético, un compromiso personal, y una nueva solidaridad con los bienes comunes que nos rodean. Desde el año 2015 con la cumbre de París, cuyas medidas están en fase de desarrollo, asistimos a un nuevo impulso enmarcado en movimientos ciudadanos que exigen compromisos, decisiones y medidas efectivas. Ciertamente, los acuerdos plasmados en las Convenciones de Naciones Unidas, tienen la forma de obligaciones y principios generales, pero han contribuido a consolidar un movimiento universal que lleva a la sociedad civil, jóvenes en especial, los científicos, las iniciativas ciudadanas, y las políticas locales, a mantener acciones de información y concienciación relacionadas con el medio ambiente.
Muchas posturas, respetables, huyen del optimismo presentando una visión alarmante. Se habla de fracaso y desengaño. Desde mi punto de vista prefiero ver el vaso medio lleno. Cierto que no ha llegado el cambio soñado pues la crisis ecosocial no ha desaparecido, que aún asistimos a una compleja y variable problemática socioambiental asociada al incremento de la complejidad social y la resistencia al cambio. Pero el trabajo que se realiza desde la educación ambiental, planteado en clave de proceso, nos ha hecho avanzar a pasos agigantados en el conocimiento de los ecosistemas y la necesidad de su cuidado. Ya no hablamos como si todo estuviera bajo control. El próximo objetivo será fomentar la comprensión de las causas, y ofrecer espacios para capacitar en la prevención y la acción.
Para estar en condiciones de proteger, preservar y mejorar el estado del medio ambiente y garantizar un desarrollo sostenible, deben desarrollarse sistemas de acceso a la información del ciudadano, contribuyendo de esta manera a sensibilizarlo y facultarlo para participar en la toma de decisiones. Es importante pues, planificar e investigar el medio de la ciudad, y transformarlo finalmente en una herramienta de consulta, ya que estas actuaciones facilitan la concienciación e implicación. Desde la ciudad se trabaja en promover la generación de datos a través de la redacción de la carta de servicios y la inclusión del apartado Medio Ambiente en la página institucional, donde se recogen documentos de interés (Ordenanzas, reglamentos y guías), competencias, información diversa sobre calidad ambiental, y un apartado para sugerencias y quejas. El citado soporte se enriquecerá con toda información disponible que se refiera al estado de los elementos del medio ambiente, así como las medidas encaminadas a compatibilizar las disposiciones legales, con objeto de mantener un marco preciso y coherente.
La educación ambiental está integrada en los currículos educativos y se trabaja a diario por maestros y profesores en Ceuta de forma excelente. También quiero destacar el magnífico trabajo que se realiza desde la entidad Obimasa por parte de su personal y técnicos (enhorabuena Ana). Para este curso se oferta un total de 9 actividades que forman parte del itinerario formativo, tanto en los centros escolares como en sus propias instalaciones.
Y ello compatibilizándolo con la presencia de nuestros científicos en foros de alto nivel. Sirva como ejemplo, pues existen muchos mas, nuestra participación activa en la reciente Cumbre sobre la Acción Climática ONU 2019 –COP 25, poniendo una vez mas de manifiesto que el estrecho de Gibraltar es una de las subregiones mundiales con mayor diversidad, visibilizando el fenómeno a nivel mundial, y dejando Ceuta como punto de referencia, en la realización y divulgación de estudios científico-técnicos en el campo de biología marina y las ciencias del mar.
Es necesario contribuir a sensibilizar respecto de los problemas medioambientales, reconociendo el importante papel que ciudadanos, organizaciones no gubernamentales y sector privado pueden desempeñar en su protección, a través de la atención a las demandas. Esta línea se han reactivado Consejos ciudadanos destinados a canalizar y hacer efectiva la cooperación y participación de entidades y colectivos que tengan por objeto el conocimiento, planificación, gestión y mejora del medio ambiente.
Los cambios solo podrán ser abordados desde el ámbito de la mayor concertación posible porque serán afectados patrones de vida, que llevarán a un cambio sustancial en el modo de vida inercial. La sociedad civil está llamada a jugar un papel relevante, para lo cual debemos destinar recursos a dinamizarla y sensibilizarla, si queremos que las actuaciones sean en última instancia eficaces, provocando un efecto multiplicador. Y con vista al futuro, seguir profundizando en el desarrollo de campañas de sensibilización, que incidan no solamente en el aspecto de comunicación sino también en el educacional o formativo, la elaboración de guías o manuales, así como la realización de talleres, cursos y jornadas, etc., que inciden especialmente en las generaciones del mañana.
Una sociedad bien informada es comprometida, dispuesta a tomar las riendas de su porvenir. La conciencia medioambiental diseñará la realidad del futuro y en eso tienen que estar involucrados gobiernos, administraciones, sector económico, y cada persona a nivel individual. No olvidamos que el cuidado medio ambiente es, ante todo, un compromiso y una responsabilidad personal. No esperar a nadie a la hora de hacer mucho mejor las cosas se convierte en la mejor noticia. Un solo gesto en favor del medio ambiente parece una gota en el agua, pero millones de ellos cambian nuestra forma de consumir, reducen la contaminación y protegen nuestro planeta.