El mismo día que explota el grupo parlamentario de la extrema derecha de Ceuta se cumplió el 75 aniversario de la liberación, por tropas rusas, del campo de exterminio nazi de Auschwitz. Aquel tuvo su origen en un profundo odio a los judíos. La tormenta política que acaba de surgir sale de un profundo odio a los musulmanes desde ese grupo de extrema derecha, especialmente por parte de su cúpula en Ceuta, a la luz de los terribles mensajes de WhatsApp que se han difundido. Mensajes de islamofobia hay muchos desde esta formación, los que se han descubierto ahora no deben sorprender a nadie; o si, si tenemos en cuenta que Vox fue el partido más votado en algún barrio con población mayoritariamente musulmana, y que por primera vez en nuestra democracia un partido “de corte racista” en una cuidad multicultural como la nuestra, destrona al bipartidismo.
Me gustaría pensar que los votantes de Vox de las últimas Elecciones Generales se han visto sorprendidos por esos mensajes. El equilibrio de la convivencia en Ceuta se asienta esencialmente sobre la tolerancia y la necesidad muta, y la tolerancia salta por los aires cuando dirigentes políticos hacen declaraciones del cariz que la han hecho los dirigentes de Vox, por más que sean en el ámbito privado. Tampoco sería extraño que se instruyeran finalmente diligencias porque pudieran constituir delito tales aseveraciones. Si a todo esto le sumamos el deplorable espectáculo vivido en el pleno no sería de extrañar que toda está crispación, orquestada desde “arriba”, nos acabara estallando en plena cara.
No pueden pretender hacer borrón y cuenta nueva con una declaración institucional, especialmente si no incluye una disculpa…ya saben aquello de “hechos son amores y no buenas razones”; es inconcebible que nuestros dirigentes quieran hacer un llamamiento a la calma y la unidad si ellos no son capaces ni de guardar los modales en la casa de todos que es la Asamblea. Afortunadamente el pueblo de Ceuta si es tolerante y un gran ejemplo de convivencia para el mundo por lo que sabrá mantenerse, como siempre, en paz.
Qué dos diputados pasen a ser no adscritos es evidentemente lo de menos, incluso políticamente, puesto que no se alteran esencialmente las mayorías, aunque si se dibuja un nuevo tablero en la Asamblea, incluso más de uno… En una ciudad como la nuestra mantener el equilibrio entre las cuatro culturas no solo es lo natural, sino también muy necesario para asegurar nuestra propia supervivencia. Lo que ha puesto de manifiesto esta crisis política nos hace flaco favor y nos indica el escaso grado de responsabilidad de los dirigentes de Vox Ceuta, por un extremo, y del grupo localista Caballas por el otro.
En el acto de conmemoración en nuestra ciudad de la liberación del campo de exterminio nazi se alertaba del peligro que trae cualquier ideología racista, sea cual sea la causa de ese racismo, especialmente, se dijo, en momentos como estos en los que vuelven a resurgir. Cualquier ideología que establezca discriminaciones en función del credo de cada cual debiera ponernos sobre aviso en Ceuta ya que no solo no podemos permitirnos el lujo de que lleguen al poder, sino que ni siquiera debiéramos permitir que se asomaran a la arena política; de muestra “el botón” que hemos vivido, por ambas partes, porque finalmente la situación la han generado los dos extremos del arco parlamentario, ambos igualmente perniciosos. En ese caldo de cultivo del resurgir de ideologías racistas y xenófobas se produce el ascenso de Vox. Recuerden que el nacismo llegó democrática y legítimamente al poder en la Alemania de los años treinta, fruto de la gran crisis económica que se produjo tras la quiebra bursátil del 29 y de la imposibilidad de formar mayorías para gobernar, ni siquiera en coalición.
¿Les suena, verdad? Conocer la historia debiera servirnos para no repetirla. Debiéramos reflexionar sobre lo que ha pasado, más allá de la anécdota tabernaria de una trifulca. En momentos limites todos nos “retratamos” y la foto fija que hemos visto estos días no augura buen futuro a nuestra ciudad. Como dice Benedetti “cuando los odios andan sueltos uno debe amarse en defensa propia” por eso los ceutíes, amándonos mucho a nosotros mismos, exigimos más responsabilidad, mas nobleza y lealtad a nuestros diputados para con el pueblo al que dicen representar. ¡Pónganse a la altura, señores!