Este texto pretende algo tan sencillo y al mismo tiempo (quizás por simpleza) algo tan complicado como hablar de la solidaridad, cuyo rol entre mujeres y hombres, entre colectivos humanos, entre organizaciones y todo ello entre nuestras debilidades, pero también y sobre todo desde nuestra dimensión colectiva que implica ser y formar parte de algo mayor, algo tan fácil de citar como difícil de practicar, la solidaridad.
Muchas veces prostituida en función de intereses políticos, religiosos o sociales, demasiadas veces manipulada, hablamos de combatir la desigualdad que existe, hablamos de sentirnos en igualdad de derechos, hablamos de poder ejercerla mas allá del discurso y que ese ejercicio alcance a la gran mayoría y no solo a una minoría como suele ocurrir, por eso la idea de solidaridad es aquella que se reafirma y reivindica su esencia como compromiso ético, humano y político alejándose de sentimientos como la compasión y la caridad, afortunadamente en los tiempos de crisis que vivimos en nuestros pueblos, barrios, regiones y países la solidaridad se extiende y se practica.
Un claro ejemplo de solidaridad, ha tenido lugar en el centro La Esperanza, donde conviven un conjunto de personas y entre ellas hoy quiero destacar al personal de seguridad privada, donde una y otra vez varios medios de comunicación se han hecho eco de la situación insostenible que está sufriendo este colectivo al no tener los medios adecuados de protección para poder protegerse contra el COVID-19; están desesperados ya que han hecho esta petición por activa y por pasiva, hecho que no debería ser así, ya que es el empresario el que está obligado a proporcionar a sus trabajadores todo este material. Ante tal desesperación, un compañero de estos vigilantes de seguridad, viendo que la pasividad ante ellos es absoluta, ha llevado la iniciativa de ponerse manos a la obra y en su domicilio particular, ha fabricado pantallas protectoras y mascarillas para todos los vigilantes, demostrando con este gesto que hace más el que quiere que el que puede.
«¿Cuál es la esencia de la vida? Servir a otros y hacer el bien» Aristóteles
José Antonio Carbonell