Lo ocurrido en Sri Lanka nos genera mucho dolor. Rechazamos y condenamos la violencia ¡se produzca dónde se produzca y provenga de quién provenga!
Nos solidarizamos con las familias de las víctimas, las personas heridas, etc. Siempre ante hechos como estos la prudencia resulta buena consejera. Las autoridades deben investigar lo ocurrido y establecer responsabilidades.
Hoy debemos y queremos denunciar la violencia y estar junto a las víctimas. Jamás el odio y la barbarie triunfarán. Todo lo contrario. La paz, la convivencia, el reconocimiento de la diversidad, el respeto y amor hacia toda la humanidad serán quiénes lo hagan. Así ha sido desde el principio de los tiempos en caso contrario no quedaría ninguna persona sobre la faz de la tierra.
Expresamos nuestra máxima condena y repulsa por los ataques en Sri Lanka. Centrados en iglesias y hoteles. Personas inocentes que han sufrido un ataque deleznable por parte de generadores de odio y segregación. El odio no lleva ni llevará a la convivencia y denigra a quiénes lo usan sean ellos consciente de eso o no.
Sabemos que las palabras siempre quedan cortas ante semejantes vulneraciones de los Derechos Humanos. Pero no podemos dejar de expresar, y reiterar, toda nuestra solidaridad con las víctimas, personas heridas, sus familiares y amistades.
Somos conscientes de que el terrorismo es una lacra global y compleja. Y como tal y desde estas perspectivas debe ser tratado y abordado. Se necesitan políticas dirigidas a las causas y sus consecuencias a corto, medio y largo plazo.
Es fundamental este tratamiento para que cualquier persona que desee una vida en paz y armonía la pueda tener. Todas aspiramos a una libertad plena con todos los derechos. Una vida a salvo del miedo y de la violencia. El terrorismo intenta impedirlo pero no vencerá ni amedrentará a las personas de buena voluntad.