Las diferencias económicas entre los países miembros por problemas de deudas y paro, creando discrepancias en su seno bajo una apariencia de armonía se han creado vínculos que, sitúan a unos como acreedores y otros como deudores, provocando que el interés de cada país vea de diferentes formas afrontar esta brutal crisis que se está padeciendo a nivel mundial debido a una pandemia que está destrozando tanto a la sociedad como a sus economías, por ello deberíamos preguntarnos cuáles son los retos que están dispuestos a afrontar juntos sin que primen los intereses generales de cada país.
La crisis económica de Grecia, originó que tuviese que ser rescatada bajo condiciones que fueron rechazadas por el propio país, pero que no tuvieron más remedio que acatar, bajo una dura política de austeridad impuesta por Alemania que, muchos sectores consideraron contraproducente para el crecimiento de la economía griega. Una crisis migratoria que dio lugar a un debate que despertó opiniones confrontadas entre los países de la Unión Europea (UE), se debatía concretamente cuáles serían las cuotas obligatorias de acogida de esos inmigrantes por cada país miembro.
Le siguió el 23 de junio del año 2016 donde los británicos votaron a favor de la salida de la UE, a este proceso se le llamó mediáticamente Brexit, a partir de estos momentos asistimos a interminables negociaciones para intentar llegar a un acuerdo para que esta salida fuera lo menos perjudicial para todos, posiblemente este hecho acarreará consecuencias para nuestro país, las relaciones económicas que mantenemos con Reino Unido son importante ya que el balance global de intercambio de bienes y servicios es favorable para nuestra nación ya que influye directamente en nuestro Producto Interior Bruto (PIB) además de la negociación de un nuevo acuerdo comercial.
Esta última cumbre del Consejo Europeo ha resultado ser un dejá vu de crisis pasadas con los países del sur europeos pidiendo soluciones y los del norte frenándolas, donde las dos Europas se volvieron a ver, la intervención de Alemania, Holanda y Austria capitaneados por Angela Merkel, por su importancia dentro de la Unión, abanderó la resistencia a destinar recursos comunitarios a la solución y salida de la crisis económica provocada por el coronavirus, la finalidad de esta reunión era para tomar medidas concretas para ayudar a levantar los tejidos económicos de los países de España e Italia que eran los más afectados por la pandemia del COVID-19. Aquí se demuestra que la UE necesita urgentemente cambios de gran calado, pero lo que no se le puede olvidar a nuestro país y a nuestro Gobierno es que no podemos estar siempre dependiendo de otros y tienen que cumplir con sus obligaciones siendo autosuficientes invirtiendo y apostando fuertemente por nuestra economía, sin tener que endeudarnos más de lo que ya estamos.
Para finalizar decir que nuestra gobernanza global está a falta de liderazgo que tendría que ir abanderada de cualidades como el carisma, la calma, confianza, transparencia, sinceridad, colaboración, cambios e innovación, compasión, coraje y valentía. Cualidades que reunía sobradamente el activista, político y filántropo sudafricano Nelson Mandela.
» La mayor de las fuerzas no yace en los números, sino en la unidad» (Thomas Paine, 1737).