No es lo más productivo con unas elecciones en ciernes, desmentir los despropósitos lanzados por los partidos rivales afincados en el poder. El tiempo debe enfocarse más hacia defender las ideas propias y si acaso contrastarlas con las propuestas de los demás. No obstante, el Partido Popular de Ceuta ha cruzado en los últimos días las líneas rojas de la mentira en un claro síntoma de desesperación absoluta por un contexto político que hace peligrar muy seriamente su victoria.
El hecho que más evidencia una estrategia para manipular a la población, quedó patente la semana pasada cuando desde cuentas de redes oficiales del partido de Vivas se afirmaba que sólo el PP defendía la devolución de los MENA a Marruecos, mientras que VOX los quería en los Rosales. La realidad por supuesto, dista mucho estas declaraciones.
Desde que VOX se presentó en la ciudad autónoma el 20 de septiembre con la inauguración de su sede y la visita de Javier Ortega Smith, la postura respecto de los MENA siempre ha sido absolutamente la misma, inamovible. Al igual que el resto de inmigrantes que entran ilegalmente en España, deben ser devueltos a la mayor celeridad posible, bien al otro lado de la valla o a sus respectivos países de origen. En este sentido, la política nacional es la que ostenta las competencias necesarias para conseguir este retorno de inmigrantes, hecho que no quita que desde Ceuta se deba exigir a Madrid la aplicación de estas medidas.
En cuanto a VOX Ceuta, en plena sintonía con el Comité Ejecutivo Nacional, corresponde trazar planes alternativos por si no fuese Abascal el próximo Presidente del Gobierno. En caso de que Moncloa la habitasen un Pablo Casado o de nuevo Pedro Sánchez, resulta más que obvio por los años anteriores, que los MENA seguirán en Ceuta al menos cuatro años más. Por ello y sin dejar de exigir la devolución a Marruecos, VOX propone la constitución de una comisión encargada del análisis jurídico que posibilite el internamiento de los menores en un centro de régimen cerrado permanentemente custodiado, mientras se tramita su expulsión, para lo que se propuso acondicionar el antiguo centro penitenciario de los Rosales.
En cuanto al PP, las famosas llamadas de socorro de Vivas por traspasar la tutela de los menores a la nación para trasladar el problema a otros españoles, generan un efecto llamada en quienes sólo entran en Ceuta para ser premiados con la península. Todo ello sin embargo, un paripé de cara al público a base de unas falsas intentonas mediáticas (de éxito no deseado, hay muchas barrigas agradecidas) orquestado con Juan José Imbroda, que en todo momento se supieron irrealizables con la Presidencia de Sánchez. Mitigar el eco del programa de VOX es el trasfondo auténtico de aquella pantomima. A la inacción en los años de Gobierno de Rajoy cabe remitirse como prueba.
En conclusión, resulta escandaloso tal conjunto de falsedades por parte de un Vivas, que tanto se ha beneficiado del negocio de la inmigración ilegal a través de fondos, subvenciones y concesiones públicas a organizaciones tipo ONG que tantísimos miles de euros han recibido de los Presupuestos de la Ciudad en dieciocho años de despilfarro del erario público, llegando a su máximo exponente en este sentido con farolas de 60000 euros en la Gran Vía.
“Miente miente, que algo queda”, a eso parece aferrarse un Partido Popular local con tácticas de vieja política apoltronada incapaz de comprender que ya no es tan fácil engañar como antes. Ceuta la recorre un movimiento social color verde esperanza cada vez mayor, sustentado en el sentido común, de nombre VOX, que desea mirar al futuro con más ilusión y menos preocupación.