El microbiólogo español Francisco Martínez Mojica de reputado reconocimiento internacional y varias veces favorito al Premios Nobel tanto de Medicina como de Química, expresó la posibilidad de que el coronavirus pudiera ser un virus mutante huido de un laboratorio de Wuhan (China). Que un virus mute es muy habitual, pero éste ¿lo hizo de forma natural o ha recibido ayuda externa? En esta ciudad, en el Instituto de Virología de Wuhan, instituto de investigación de virología administrado por la Academia de Ciencias de China existe un laboratorio, inaugurado en 2015, que es el primer laboratorio de bioseguridad de nivel 4 en la China continental. El centro para el control y prevención de enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, específica cuatro niveles de bioseguridad para el manejo de agentes biológicos, los cuales son conocidos como Niveles de bioseguridad del 1 al 4. Como ya supondrán el nivel 4 es del tipo “¡cuidadín, cuidadín que el bicho mata y remata!”, disculpen el lenguaje excesivamente coloquial e irreverente, es la inquietud quien lo dicta. El nivel 4 es conocido como nivel de contención máxima. La cosa se está volviendo algo más que preocupante, pero sigamos.
Estamos hablando de agentes peligrosos o tóxicos que representan un alto riesgo individual de enfermedades que ponen en peligro la vida, que pueden transmitirse a través de aerosoles y para las cuales no existen vacunas o terapias disponibles.
Vamos bien, vamos bien si nos gusta el riesgo y la propagación de pandemias varias, pero es que, además, en palabras de Martínez Mojica refiriéndose a las instalaciones de Wuhan: «Y sobre el cual ya saltaron unas cuantas alarmas desde otro centro de investigación -comentó-, sobre todo de los Estados Unidos, diciendo que a lo mejor no reunía todos los requisitos de seguridad«.
Y previamente poco antes de la inauguración de dichas instalaciones varios científicos como el biólogo molecular estadounidense Richard H. Ebright expresaron su preocupación sobre la seguridad del laboratorio aludiendo a los escapes previos del virus del SARS en los laboratorios chinos en Beijing. Como vemos el panorama no era muy tranquilizador y ahora lo es menos.
Vamos a los orígenes, situémonos: el nuevo coronavirus ya se está propagando, bien sea de forma artificial (intencionadamente o por accidente) o natural.
Fundamental hacernos preguntas:
¿De dónde proviene el coronavirus?
Los técnicos chinos se debatían entre si el origen fue la carne de serpiente o de murciélago El origen del nuevo coronavirus podría estar en los murciélagos, pero no se sabe si ha habido intermediarios o no entre éstos y las personas. El reputado neumólogo Zhong Nanshan, precisa que el virus no habría llegado directamente a los humanos, sino a través de un animal «intermediario» que por ahora no se ha identificado. En la búsqueda del intermediario acusan al pangolín. En las anteriores epidemias, SARS y MERS, el reservorio fueron mamíferos. No hay ningún precedente de un reservorio en reptiles en coronavirus. De ahí que señalaran al pangolín que es un mamífero. Pero…… no es época de venta de murciélagos en el mercado de Wuhan al estar hibernando y el pangolín ya ha sido exonerado de cualquier responsabilidad. En ocasiones, las zoonosis se transmiten directamente del reservorio –animal que hospeda al virus– a las personas, pero …. aquí no se ha podido demostrar que ocurriera eso. Por lo que, al menos de momento, no tenemos pruebas que apoyen la hipótesis animal. Si a esto le sumamos que en la secuenciación genética la diversidad observada es muy limitada es normal que se imaginen escenarios paralelos. ¿Qué relevancia tiene la diversidad genética? La mayoría de los científicos esperaban encontrar más diferencias. La falta de diversidad genética apunta a que el antepasado común de las distintas cepas humanas surgió en noviembre o diciembre y se ha propagado rápidamente, sin sufrir demasiadas mutaciones. Algunos deducen de esto que el huésped original siempre fue humano lo que apoyaría las teorías, supuestamente, más descabelladas.
Otras situaciones que dan pie al surgimiento de estas “hipotesinoias” es la rapidez de los descubrimientos científicos chinos, como si ya tuvieran algo o mucho avanzado. Para Trevor Bedford, genetista evolutivo, el hecho de que en dos semanas los laboratorios chinos hubieran conseguido secuenciar los genomas de 19 cepas halladas en personas infectadas, si no más, es asombroso. Siendo lo más llamativo de los genomas lo similares que son entre sí y que no indican si la rápida expansión del virus ocurrió en los seres humanos o en un reservorio animal. Todo apunta a que el virus se propagó primero a un pequeño número de personas y los nuevos casos responden a una transmisión secundaria entre humanos. Pero…. ¿cómo se infectó ese pequeño grupo inicial? ¿existió un primer enfermo, un paciente cero o es un grupo cero? ¿cómo es posible que sigamos desconociendo el animal que comenzó todo esto, si es que existe?
¿Es cierta esta información? el Washington Times, recoge el testimonio de un ex oficial de inteligencia israelí que afirma que Wuhan tiene un laboratorio para crear armas químicas mortales.
¿A quién “beneficia” el coronavirus?
La palabra beneficio y coronavirus no deben ir juntas por lo que replantearemos la pregunta, aunque consideramos que la idea ha quedado clara. Dentro de la guerra comercial entre China y EEUU ambos países nos dan dos opciones, ¿SARS-CoV-2 “Product of China” o “Product of USA”?
Opción 1. “Product of China”
Decía Arthur Conan Doyle, «Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad»
Continuará…..
Ramón Rodríguez Casaubón