Unos dicen que la Covid-19 lo ha mandado su Dios para que las personas nos demos cuenta que debemos de cambiar y ser mejores personas. Menudo Dios que manda un virus que sobre todo se lleva por delante a los más indefensos, como son las personas de avanzada edad…
Otros dicen que esto es un aviso de la naturaleza para que la tengamos en cuenta y dejemos de hacerle tantísimo daño. Que no podemos seguir por el camino que vamos, que debemos de cambiar y en todos nuestros actos tener muy presentes el daño que podemos hacer a la naturaleza y al medio ambiente. Esta tesis tendría un sentido, aunque no dejaría de ser injusta, pero más injustos somos nosotros con los animales y el medio natural en general, lo digo por las atrocidades que desde hace años estamos haciendo. Además, se supone que con este virus la naturaleza estaría intentando defenderse para poder sobrevivir del tremendo daño que le estamos haciendo los humanos.
Tampoco poco faltan los que comentan, e intenta de argumentar, que este virus se lo ha pasado el murciélago al humano y que todo apunta a que salió del mercado de Wuhan en China, dónde venden vivos y muertos a todo tipo de animales, incluido los murciélagos, que muchos chinos se comen.
Otra de las teorías que circulan es que la Covid-19 la crean los chinos en un laboratorio cercano al mercado de Wuhan y que se les «escapa» por un error.
También está la hipótesis que muchos barajaban al principio de este coronavirus, que no es otra que los americanos habrían llevado intencionadamente la Covid-19 a China, concretamente a Wuhan. Aquí no termina el tema de las supuestas teorías del lugar de nacimiento de este virus, hay más. Cada una de esas supuestas teorías que se manejan intentan de «barrer para casa», es decir dar la razón a quién la intenta de argumentar.
Los que no quieren a los chinos dicen que han sido ellos los que han creado el virus. Así mismo los que no les tienen aprecio a los americanos, más bien los odian, aprovechan y dicen que son ellos los culpables de este virus y que ellos lo han llevado a China. Así un largo etcétera.
Lo que está bien claro es que la especie humana, incluido los chinos que hacen verdaderas barbaridades con los animales en el mercado de Wuhan, nos estamos portando fatal con los animales y con la naturaleza en general. Lo que estamos haciendo con el Planeta no tiene nombre, estamos dispuestos a acabar con él por más avisos que nos de la naturaleza y también por más que los expertos adviertan de que no podemos seguir por ese camino. Las atrocidades que se cometen con los animales en las granjas y mataderos es un verdadero horror. Nos creemos con el derecho de tenerlos hacinados y engordándoles para llevarlos pronto al matadero y de ahí al plato de la comida. Los campos de exterminio en los que se han convertido las granjas y mataderos son demencial.
Con el medio ambiente está pasando lo mismo, nos hemos creído que todo vale y nos importa una mierda los avisos de los expertos que dicen que la forma de consumir que llevamos es insostenible y que el planeta ya se está resintiendo y llegará un día, no tan lejano, que la temperatura del planeta será insostenible y los recursos como el agua puede llegar a causar hasta guerras.
Mientras en una parte del mundo las personas mueren por sobre alimentación de alimentos basura, en otra parte mueren a diario niños y personas mayores de hambre. Está claro que la distribución de los bienes y los alimentos es muy desproporcionada. Los seres humanos, por más que queramos taparlo, lo estamos haciendo mal, la distribución de los alimentos, bienes, así como los derechos humanos deberían de ser universales, pero de verdad, no que en montones de países hacen verdaderas atrocidades contra niños y mayores por el simple hecho de que la religión o las costumbres imperante en ese país no estén conforme con que exista la diversidad sexual o cualquier otra tontería de las religiones que termina haciéndose Ley, por la que te meten en la cárcel o te lapidan como hacen todavía en algunos países islámicos con las mujeres por el mero hecho de que alguien diga que le ha sido infiel a «su marido». Lo peor de todo esto es que los Reyes (a ver si pronto deja de existir esa figura arcaica y que deja mucho que desear) y presidentes de países se reúnen y visitan unos a otros sin tener en cuenta que en el país del monarca que están visitando, dándole besos y abrazos, se sigue lapidando a mujeres y que son muchos los derechos humanos que no se cumplen.
Esperemos que de esta pandemia aprendamos algo que vaya en beneficio de todos los humanos del Planeta en general, así como el respeto por los animales y la naturaleza en general, pero por desgracia todo apunta a que más bien va ser que no.