El PSOE de Ceuta ha anunciado la formación de una nueva Comisión Gestora presidida por Melchor León. Esta decisión, tomada en medio de un paisaje político nacional tumultuoso y la renuncia del anterior Secretario General, Juan Gutiérrez, busca estabilizar y guiar al partido hacia el próximo congreso. Este objetivo deberá enfrentarse entre un conjunto de voces que ya conocen la tensión entre ellas y que deberán superar los obstáculos para alcanzar los mínimos consensos necesarios.
Mientras el país dirigía su atención hacia la decisión final de Pedro Sánchez sobre su continuidad en La Moncloa, la mañana de este lunes se daba a conocer una decisión crucial del Comité Federal del PSOE: la confirmación oficial de los miembros que integrarán la Comisión Gestora de su filial en Ceuta. Bajo la presidencia de Melchor León, la comisión contará con la participación de Sebastián Guerrero, Samia Abdelkader, Gonzalo Sanz, Hikma Mohamed, Sumaya Ahmed y Pepe Simón como vocales.
Esta decisión surge en medio de una crisis desatada por la renuncia de Juan Gutiérrez, anterior Secretario General. Su partida dejó a la Comisión Ejecutiva Regional funcionando de manera provisional y al partido local sin un liderazgo claro. La Comisión Gestora ahora asume, aunque de manera reducida, las competencias previamente ejercidas por la Ejecutiva, con el mandato explícito de llevar adelante el partido hasta la convocatoria del próximo congreso.
Lo que llama poderosamente la atención es la demora de Madrid en tomar esta decisión, en un momento en que la capital se encuentra absorta en la política nacional y las inminentes elecciones en Cataluña. La composición de la Gestora, que sigue la línea de la anterior Ejecutiva, también ha sorprendido. Tradicionalmente, no se espera que quien aspire a postularse para la Secretaría General presida la Gestora; sin embargo, esta vez se ha optado por una figura que parece romper con los convencionalismos del partido, al unirse en su figura la organización del Congreso y su anunciada candidatura.
Aunque no se han ofrecido explicaciones oficiales sobre los criterios de selección de los miembros de la Gestora, parece que se ha intentado equilibrar las tensiones entre la Delegación del Gobierno y el Grupo Municipal, tejidas con decisiones teóricamente pragmáticas que deberán probar su eficacia en la práctica. Este nuevo equipo deberá superar los anteriores desafíos de convivencia y cooperación que han marcado su historia reciente.
Para Melchor León, que probablemente enfrentará a la actual delegada del Gobierno, Cristina Pérez, en la disputa por la secretaría general, este nuevo rol podría representar tanto una oportunidad como un riesgo. Por un lado, tiene la oportunidad de demostrar su capacidad de liderazgo en eventos importantes, como las próximas elecciones europeas de junio—un terreno que ya conoce bien debido a su experiencia como jefe de campaña en las derrotas municipales de mayo y las generales de junio del año anterior. Por otro lado, la visibilidad y las responsabilidades inherentes al cargo también pueden intensificar las fracturas internas del partido en un momento delicado.
Dicho lo anterior, estamos ante un órgano colegiado en el que de igual manera participarán voces cercanas a la Plaza de los Reyes, como es el caso de Gonzalo Sanz, ex jefe de Gabinete durante el mandato de Rafael García y que asesora a este en su nueva etapa, disculpen la redundancia, como jefe de Gabinete. Por tanto, de las decisiones que se adopten en los próximos noventa días deberán dar cuenta ante la militancia. De ellos depende garantizar una transición y una pugna limpia y democrática. De lo contrario el árbol que se siembre tendrá su fruto envenenado.
La habilidad para dirigir el partido en un periodo tan delicado será determinante para el futuro del PSOE en Ceuta y, posiblemente, influirá en el panorama político más amplio. Ante ellos se despliega una doble tarea: gestionar eficazmente el partido en un tiempo de interregno y preparar el terreno para unas elecciones que serán tanto un referéndum sobre su gestión temporal como una batalla por la legitimidad y el control futuro. Cómo manejen estas dinámicas y negocien las complejidades de su entorno político interno podría muy bien determinar no solo la supervivencia de su liderazgo, sino también la viabilidad a largo plazo del partido en un escaño clave. Cada decisión podría repercutir profundamente en la estructura del poder local y en la confianza de sus afiliados y simpatizantes.