El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea detecta la presencia del parásito en una merluza procedente de Marruecos
El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) ha emitido una nueva alerta tras detectar la presencia de anisakis en un pescado procedente de Marruecos y destinado al mercado español. El producto en cuestión son unas huevas de merluza contaminadas con este famoso parásito, informa El Español.
Según los pocos detalles que aparecen en la información proporcionada por el Rasff, el pescado contaminado fue detectado en un control fronterizo en nuestro país y el envío fue detenido. Aún así, el Rasff ha calificado la incidencia como «grave» y ha trasladado la notificación al conjunto de los países de la Unión Europea.
El Rasff es una herramienta utilizada para el intercambio de información entre las autoridades alimentarias. A través de ella se emiten avisos diariamente tras la detección de contaminantes en productos alimentarios u otro tipo de peligros que pueden afectar a la salud de la población. De esta forma, las autoridades sanitarias actúan y retiran el alimento para evitar que llegue a los distintos establecimientos en los que se iba a vender.
La Asociación FACUA-Consumidores en Acción ha criticado en distintas ocasiones la escasa información que aparece en estas alertas alimentarias a nivel europeo ya que «hace que el consumidor vierta una sombra de sospecha sobre todos los productos independientemente de que puedan o no estar afectados». En ellas no se detallan ni las empresas productoras ni las zonas del país de donde procede.
En cualquier caso, lo cierto es que el anisakis es un parásito que puede encontrarse en el pescado y en los cefalópodos y provocar graves alteraciones digestivas. En teoría, una persona sólo puede contraerlo si come pescado infectado crudo o sometido a preparaciones que no matan al parásito.
Por esta razón, la legislación europea y española «obliga a que los productos de la pesca no se pongan a la venta con parásitos visibles», explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
«Además, los establecimientos que sirven comida a los consumidores finales o a colectividades o que elaboran estos productos para su venta al consumidor final, deben garantizar que los productos de la pesca para consumir crudos o tras una preparación que sea insuficiente para destruir los parásitos han sido previamente congelados en las condiciones establecidas por la legislación», finaliza.