En la tarde de este martes han testificado los agentes de la Policía Nacional que llevaron a cabo la investigación del caso de abusos a menores en el Ramón y Cajal. No encontraron nada en la casa del acusado ni en el cuarto donde supuestamente se produjeron las agresiones sexuales, pero han relatado las declaraciones recogidas de los familiares y una de las víctimas
Tras un retraso de hora y media debido a problemas técnicos en la Sala de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, ha continuado esta tarde el juicio contra el maestro de educación física del Ramón y Cajal, acusado de agresión sexual a una menor de 4 años, por lo que se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel.
Los agentes comisionados desde el 091 al recibir una llamada del servicio de Urgencias del Hospital de Ceuta, que activó el protocolo que tienen que llevar a cabo al ser conocedores de un caso de abusos sexuales a menores, han sido los primeros en testificar durante esta segunda parte de la vista oral. Han relatado cuál fue su actuación al acudir al HUCE, donde le contaron lo que presuntamente había sucedido y trasladaron el caso a la Comisión Judicial y al grupo especializado de menores del Cuerpo Nacional de Policía.
Posteriormente, ha testificado un agente que intervino en la investigación y en los registros en el domicilio de una de las menores y del acusado. En la casa del maestro ha dicho que encontraron “material informático, muchos pen drives y efectos eróticos”. El siguiente policía también formó parte de los registros en el domicilio del acusado y en el colegio, destacando que encontraron “artículos sexuales, pero nada fuera de lo normal”.
Sobre la habitación en la que supuestamente ocurrieron los hechos, ha descrito que era una puerta metálica donde había una especie de almacén con material de gimnasia y dos aseos. El agente recuerda haber encontrado unas tijeras. En una mochila del acusado encontraron calcetines de niños.
Otro del agentes de la Policía Nacional ha relatado su actuación, explicando la declaración que recogió a la abuela de la menor, coincidente con lo que expuso en el juicio. La cuarta policía en testificar, relatando las actuaciones llevadas a cabo hasta la detención del acusado, fue la encargada de tomar declaración de las madres y una de las niñas que supuestamente fue abusada. “Cuando le pregunté por el profesor de educación física a la niña se le cambió la cara”, ha dicho esta agente, “entonces me dijo que el profesor le daba besos y me señalaba la boca, que la llevaba al cuarto de baño y le bajaba las braguitas”. No indagó en la declaración porque “no estaba autorizada, quise que fuera un psicólogo quien se encargara de recoger todos los datos”.